Tomás Fajardo cree que el problema reside en el difícil entendimiento de la ley de acuicultura por su enrevesado mensaje y lenguaje que no favorece a los trabajadores.
Guadalupe Piñeiro por su parte afirma que "hasta 2012 vivíamos perfectamente del mar. Pero en 2013 se cambió la cuota que nos asignaban y llegaron los problemas"
Antonio Basanta se compromete a hablar y solucionar los posibles problemas que está causando esta ley de acuicultura, aunque desde la administración afirma "hay otra opinión".