Irene Villa: "No queda otra que sacar una lectura positiva de lo malo porque si no te hundes"
Irene Villa nos presenta en 'Julia en la onda' su nuevo libro 'Los ochomiles de la vida', donde habla de la superación personal y las dificultades que presenta la vida, y reconoce que, a pesar de haber sufrido, siempre se queda con el lado positivo de las cosas.
Irene Villa, una de las víctimas de ETA más conocida, nos traslada su filosofía de vida, porque "todo al fina se recupera" y asegura que ahora está "completamente agradecida a la vida".
En su nuevo libro, 'Los ochomiles de la vida', habla de la importancia de superar las adversidades y las dificultades de la vida, pues "no nos queda otra que armarnos de valor y de fuerza sin perder nunca la esperanza". El libro es, según la autora, "un homenaje a esas metas que parece imposible alcanzar", pero que se acaban superando.
La periodista reconoce que pensaba que "después de que pasas algo muy gordo no te puede pasar ya nada", algo que está lejos de la realidad. "Nos hemos dado cuenta este año que todos al final no nos queda otra que sacar una lectura positiva porque si no te hundes", confiesa, y remarca que ahora le da más importancia "a cosas que antes pasan desapercibidas", pues intenta vivir el aquí y el ahora.
Para Irene Villa, "de lo malo se encuentran muchas más cosas que de lo bueno" y la derrota "le ha enseñado muchísimo" porque le ha llevado a sacar su mejor versión: " Te implicas en ti, en crecer, en algo que tienes que mejorar. Esa humildad es fundamental en la vida de cualquier persona".
Respecto al confinamiento, explica que le ha servido para reordenar y quiso aprovechar el momento para alentar a la gente: "Estamos en casa, pero estamos protegiéndonos y protegiendo al resto de la población".
Preguntada por el perdón, insiste en que no cambia el pasado, pero sí mejora el futuro, aunque lamenta que su hermana no ha conseguido perdonar a los autores del atentado. Asimismo, destaca que la vida cambia cuando decides perdonar, pues "es un clic que lo transforma todo".
Además, revela que, después del atentado, los médicos y su padre llegaron a plantearse si le merecía la pena seguir viviendo, algo de lo que su padre "se ha arrepentido muchas veces.
"Mi libertad, mi adrenalina está en la montaña. Ahí soy feliz", relata Irene Villa cuando al hablar de su pasión por el esquí, algo que veía "muy difícil" y pensaba que nunca podría conseguir lo que ha conseguido. El libro es un homenaje a esas metas que parece imposible alcanzarlas” pero que se acaban superando, concluye.