La pandemia ha generado que José Manuel Caballero, presidente de la Diputación de Ciudad Real, acostumbrado a viajar tres o cuatro días por los pueblos de la provincia, desde el 14 de marzo se ha visto obligado a viajar lo imprescindible, y como tampoco recibe a gente en el despacho se "ha hecho" a las videoconferencias.
El coronavirus también ha provocado que el presupuesto para ayudas de emergencia destinado a cheques de alimentos que iba reduciéndose cada año, durante el confinamiento hayan tenido que doblar la cuantía. "No es de la política de la que estoy más orgulloso porque a mí lo que me gustaría es que la gente pudiera disponer de sus propios ingresos para adquirir aquello que necesita", señala el presidente de la Diputación.
El ayuntamiento es la primera puerta a la que llama el ciudadano y por eso Caballero destaca la labor y el compromiso de los alcaldes y critica que "no está bien reconocido". "Debería de ser obligatorio ser alcalde o concejal para tener otras responsabilidades en la política", indica.
La Diputación de Ciudad Real ha apostado por un Plan de Sostenibilidad Turística para el Plan Nacional de Cabañeros. El presidente de la Diputación estar trabajando tres aspectos fundamentales: La sostenibilidad, la digitalización y evitar el despoblamiento, de las que las dos primeras facilitan la tercera.
"Estamos preparados para gestionar los fondos que el Gobierno ha conseguido de Europa y creemos que estos se deben de distribuir en función de las necesidades y atendiendo también a la realidad del mundo rural", dice Caballero.
Respecto a la Feria Nacional Vino que está prevista celebrarse en Castilla La Mancha para mayo de 2021, el presidente de la Diputación ha destacado que hasta que no haya "la garantía de una vacuna" para que vengan todos los compradores internacionales, "difícilmente vamos a poder celebrarla con seguridad".
Sin embargo, lo que sí se ha celebrado de manera virtual fue Fercatur, la Feria de la Caza, Pesca y Turismo. Caballero destaca que "la caza tiene que ver con nuestra cultura, está en nuestro ADN, y una caza sostenible es compatible con la agricultura, el turismo rural o la protección del medio ambiente".
"Quien habla desde el desconocimiento está condenando a mucha gente a irse de su pueblo si se prohíbe la caza", dice Caballero, que también recalca que "bien regulada" es un buen recurso para la vida y para la economía.