LITERATURA GALLEGA

Ledicia Costas presenta "Piel de cordero", su nueva novela sobre brujas: "eran las psicólogas de la época"

La escritora ha vendido miles de ejemplares por todo el mundo y es una de las autoras gallegas más traducidas. Hoy nos acompaña para presentar su nueva novela en la que la brujería, la magia y los fenómenos paranormales son los protagonistas.

ondacero.es

Madrid |

"Somos las nietas de las brujas que no lograsteis matar", un lema que seguro nuestros oyentes han podido ver en alguna pancarta de las manifestaciones durante las celebraciones del Día de la Mujer, el 8 de marzo.

Un mensaje que podría ser también el de la nueva novela que este miércoles ha venido a presentar junto a Julia Otero una de las autoras gallegas más leídas en todo el mundo, Ledicia Costas.

El libro se titula "Piel de cordero" y tiene una temática ligada a las brujas, la magia y fenómenos sobrenaturales.

Con un argumento en el que dos historias muy distintas se conectan al final, tiene como protagonistas a dos mujeres, Catalina y Elvira.

Las brujas, sabias durante la Inquisición

La primera parte del libro cuenta la historia de Catalina, una bruja joven que aprende las artes de su abuela en los últimos tiempos de la Inquisición. "Hablamos de una época de miseria y hambre, en la que para llegar a un médico había que caminar durante días. Las mujeres eran auténticas sabias, auténticas doctoras", ha indicado la autora.

Las brujas eran la "medicina alternativa de los ricos" cuando los médicos les fallaban, hacían conjuros para males de amor y ejercían de mediadoras con el mundo sobrenatural.

"Eran muy necesarias, en el día a día se acudía a ellas para resolver dolencias de todo tipo", curaban males de aire, envidias y, al mismo tiempo, eran odiadas, rechazadas y temidas "porque tenían muchísimo poder, un poder prohibido porque funcionaban en los márgenes".

Las brujas que aparecen en el libro, según Costas, "eran las psicólogas de la época".

En la actualidad, la escritora asegura que sigue habiendo brujas. Una conclusión a la que ha llegado tras hacer un recorrido durante la composición de la novela en el que ha descubierto que el 60% de las personas que conoce en Galicia han ido a una bruja (curanderas, tarotistas...) o siguen yendo en la actualidad.

El tabú que gira en torno a los temas de brujería

En la novela, Ledicia Costas recoge conjuros y hechizos que le recuerdan a su infancia, cuando al lado de la casa donde vivía en Vigo, tenía como vecina a una bruja que recibí a largas filas de mujeres que iban a consultarla. "Parece que hay una especie de tabú y la gente no lo cuenta, pero siempre han existido", ha indicado.

Durante la época de la Inquisición más de 50.000 mujeres fueron asesinadas tras ser acusadas de brujería, "a través de la memoria transmitían un legado que se perdió con el exterminio de mujeres que hicieron".

Un alegato contra la violencia obstétrica

Esta novela, escrita primero en gallego y traducida por la propia autora al castellano, arranca con un parto. Una cuestión que Costas ha querido tratar dándole visibilidad a la violencia obstétrica, "qué mujer no se ha sentido agredida en algún momento durante el parto o durante un aborto, es importante poner el foco sobre este tipo de temas, la literatura es un vehículo para abrir debate", ha compartido.

En el libro el aborto está presente en varios momentos a los que la autora se ha referido como "el horror mas grande de esta novela es el que nos conecta con la realidad".

El poder sanatorio de la literatura

Ledicia Costas es la mujer de Miguel Ángel López, conocido en redes sociales como "El Hematocrítico", escritor y profesor coruñés que falleció de forma repentina en noviembre de 2023 y al que le dedica el libro.

"Llevo toda la vida escribiendo sobre la muerte, la literatura tiene la capacidad de mutar y adaptarse a tus experiencias", ha confesado la autora.

Es una novela que siente como "muerte y resurrección", tanto en el ámbito literario como en su vida personal. "Creo en el poder sanatorio de la literatura".

Para homenajearle están preparando un festival para final de año.