Con sus dibujos característicos, coloridos, planos, esquemáticos, en prensa, cartel, en la portada de algún catálogo, hablamos en 'Julia en la onda' con Mauro Entrialgo.
Ilustrador, músico e historietista. Su nombre es sinónimo de cultura underground, pero también se conoce su obra más de lo que la gente piensa. Sus personajes más populares, los que le procuraron una legión de seguidores: Herminio Bolaextra, el reportero de los tres huevos, un redactor gamberro y muy faltón que escribía en el periódico 'El caos'; el Demonio Rojo, practicante de lucha libre profesional y Ángel Sefija, escritor frustrado.
Mauro publicó por primera vez de forma profesional en la Revista Makoki. Fue uno de los fundadores de TMEO, ha publicado en 'El jueves', 'El país de las tentaciones', 'Mongolia', 'Público', 'El salto', pero también ha dibujado carteles de películas, festivales de música, portadas de discos, ha trabajado en animación en Paramount, en publicidad, teatro.
Hay algo que le hace muy especial: su capacidad para detectar y sacar a la luz la maldad que la gente quiere esconder. Tiene una puntería finísima que ya demostró en el cine, ya que fue uno de los dos guionistas de la película 'Gente pez', que retrató a toda una generación. Era el año 2001 y los jóvenes se buscaban la vida ante los problemas que les impedían el acceso a la vivienda.
Este sábado presenta 'Malismo', un término acuñado por él mismo que supone la ostentación de ser "malote" o malo. La actitud malista se manifiesta "desde cosas que nos hacen gracia como los nombres de los bares y establecimientos" hasta otras, como por ejemplo, un millonario que se porta mal con la gente y recibe el aplauso de la mayoría, como Elon Musk.
El caso es que parece ser que el 'malismo' está mejor visto en la sociedad que el 'buenismo', que tiene una connotación peyorativa para quien lo practica: "Estigmatiza a las personas que tienen buena voluntad y por tanto, estigmatiza a la gente buena".
¿Por qué se produce esto? "Porque vivimos en una época en la que el hecho de intentar hacer cosas buenas no está de moda. Ahora lo 'cool' es ser mala persona".