En el período de entreguerras del siglo XX, París se convirtió en hogar de artistas y personajes tan célebres como Ernest Hemingway, Pablo Piccaso o Amedeo Modigliani: después del trauma que supuso el estallido de la Primera Guerra Mundial, la capital parisina se convirtió en un pequeño refugio para todos aquellos que buscaban mirar al futuro y olvidar los horrores del pasado.
Este momento histórico fascina al escritor Máximo Huerta, que ha plasmado la bohemia y el frenesí parisinos de los años 20 en su última novela "París despertaba tarde". Las páginas del libro esconden la historia de Alice Humbert, una mujer que decide abrir una tienda de ropa en plena ebullición cultural de la capital parisina.
Los felices y locos años 20
"Es un París que despertaba tarde y feliz", ha explicado Huerta en 'Julia en la Onda', que ha situado su última novela en una ciudad luz que se preparaba para los Juegos Olímpicos de 1924. "Siento admiración por esos años 20", ha declarado el escritor, totalmente fascinado por el ambiente parisino de principios del siglo XX.
"Siento admiración hacia esa mezcla de vanguardia, sexo, sociedad...", confiesa el autor, que celebra cómo los jóvenes de aquella época, tras sobrevivir a la guerra, "vivían la vida como si fuera el último día de sus vidas". Huerta ha relatado en la entrevista que estuvo un tiempo viviendo en París por puro amor a la ciudad, y que en su estancia estuvo paseando y "cogiendo historias" en todos los rincones de la metrópolis.
"La ficción te permite reconstruir la historia", ha explicado el autor, que en su novela mezcla la ficción con anécdotas y sucesos reales: en el libro hacen aparición personajes tan emblemáticos como Modigliani, el actor Johnny Weismüller o Coco Channel, y se mezclan en la historia de Alice Humbert.
"Construyo toda esta historia de amor en medio de todos esos personajes de la época, y en medio de esos juegos olímpicos", ha afirmado Pradera, que admite que le fascina colocar y combinar a estos personajes actuando como un "mini-dios". Sobre los insertos de estos personajes, Huerta ha afirmado: "A mí me gustaba que adornaran y envolvieran a esta protagonista".
París: isla de vanguardia y libertad
El olvido es uno de los temas principales de la novela: Máximo ha comentado a Julia Otero que él mismo empezó a reflexionar sobre este aspecto después de una visita a la tumba de su abuela, en la que se puso a pensar sobre lo extraño que resulta olvidar aspectos de tu vida que fueron importantes para ti.
"Hay una tendencia al olvido en algunos aspectos de nuestras vidas", afirma Máximo Huerta, que establece un paralelismo entre las décadas del 2020 y del 1920: en su novela, el novelista retrata personajes con "muchas más ganas de olvidar" las tragedias bélicas que habían vivido para sumergirse en un París que Huerta considera "una isla de libertad" en plenos años XX. El escritor destaca los "10 años deslumbrantes, insolentes" durante los que mujeres, artistas, homosexuales y demás grupos discriminados pudieron vivir a su manera en París: "El talento es parisino, pero no francés", ha ironizado el escritor, que asevera: "Nunca ha vuelto una ciudad tan cosmopolita".
La sororidad, un tema central de la novela
Con todo, el escritor afirma que el tema principal de la novela es la amistad entre las mujeres protagonistas, que consiguen salir adelante en un ambiente difícil, apoyándose la una a la otra. En su entrevista, Huerta reconoce que en los años 20 las mujeres vivían en "un mundo muy hostil", en el que muchas mujeres se liberaron - y tuvieron que enfrentarse a la realidad - después de que sus padres y sus hermanos muriesen en la guerra.
En concreto, el novelista ha hablado de las modelos que posaban desnudas para los escritores de la época, que eran tratadas como mercancía y sometidas a numerosas vejaciones: "En ese momento no sabes qué es acoso y abuso. Es simplemente un peaje que se paga", ha declarado el autor, que ha declarado: "Yo lo que he querido es ponerle nombre a esas mujeres que usaron, ignoraron y utilizaron".
"Se escribe para que te lean y disfruten de la novela"
Huerta ha bromeado sobre su breve paso en política - ejerció como ministro de Cultura durante 7 días- y se ha mostrado desencantado con el tono hiperbólico y polarizador presente en el discurso político actual, que afirma que acaba "insensibilizando" a los ciudadanos.
Sobre su corto paso por el Gobierno, Huerta no hace un balance claro: "Ni me alegro ni me arrepiento de nada de aquello", explica el autor, que asegura encontrarse muy cómodo escribiendo novelas y que solo regresaría a trabajar en televisión si le propusieran un proyecto que realmente le cautivase. "Se escribe para que te lean y disfruten de la novela", ha aseverado Máximo Huerta en su entrevista con Julia Otero.