El auge de figuras populistas como Javier Milei denota un problema que, a ojos de expertos como la jueza Natalia Velilla, está cada vez más presente en nuestra sociedad: "La crisis de la autoridad" es el último libro de la letrada, que analiza y desgrana el estado de la autoridad en la actualidad, haciendo especial énfasis en los perniciosos efectos para la democracia que trae la pérdida de confianza en las instituciones, en los jueces y en los políticos.
Para Velilla, se está sucediendo un fenómeno global de cuestionamiento de la autoridad, que está provocando una pérdida del sentido crítico de las cosas en favor de una sociedad más polarizada, en el que cada uno de nosotros defiende las "historias encapsuladas de cada uno de nosotros", dejando de confiar en las instituciones que, en democracia, están legitimadas para mediar en los conflictos.
La jueza señala a las administraciones y a la propia clase política como parte del problema, destacando la falta de educación en numerosos discursos institucionales y parlamentarios: "Estamos ahora mismo en una gran crisis de formas", opina Velilla, que asegura que estas "formas" defienden el verdadero contenido de las instituciones.
Crisis de la confianza en la democracia
El título del libro hace referencia a un sentimiento generalizado de cuestionamiento de la autoridad que la autora admite que siempre ha existido: sin embargo, a Velilla no le preocupa la crítica a la autoridad -que considera necesaria para mejorar los estados-, sino la ausencia de una alternativa a la autoridad "considerada legítima".
La jueza ha explicado en la entrevista que, incluso desde los productos culturales, se está promulgando un cuestionamiento de la democracia en favor de una alternativa, encarnada por un líder resolutivo con un poder que no entendemos: "Estamos derivando hacia una mayor valoración del líder fuerte", afirma la jueza, que explica que la población, en ocasiones, opta por este tipo de figuras al considerar que pueden resolver los problemas con más eficacia, evitando los sistemas de control de las democracias.
La raíz del problema, para Velilla, es la falta de una educación democrática que ayude a la población a comprender todo lo que implica la democracia: no es solo votar cada 4 años, sino preservar una serie de sistemas y órganos que ejercen tareas de control y examen del poder de manera continuada.
Por ejemplo, la jueza opina que se confunde habitualmente la autoridad con el autoritarismo: "El autoritarismo no es más que una deriva patológica de la autoridad", ha declarado la jueza, que afirma que pueden existir autoridades legítimas - en las democracias-, mientras que el autoritarismo nunca lo es, y se puede combatir con acciones de desobediencia civil. "En democracia, la desobediencia civil no tiene sentido", opina la jueza, que señala los mecanismos de control, protesta y reforma existentes en los estados democráticos.
Influencers: ¿los nuevos líderes de opinión?
En su conversación con Carmen Juan, Velilla también ha hecho referencia al desplazamientos de la 'autoritas' - autoridad tradicional- en favor de la 'celebritas', es decir, de la persona que es tomada como referente por su popularidad. "La sociedad valora más a una personas cuanto más conocido es", ha declarado la letrada, que cuestiona que los influencers puedan ser considerados líderes de opinión influyentes en asuntos para los que no están cualificados.
El problema del cuestionamiento de la autoridad no se limita al ámbito judicial, pues Velilla señala también la "dejación de funciones" de los "padres modernos", que la jueza considera que se preocupan demasiado por evitar conflictos con sus hijos. La letrada también ha hablado de la difícil posición de los profesores, a los que se les fuerza a enseñar valores y a los que, en el mismo tiempo, se les critica cuando aplican medidas de coherción entre el alumnado.
La situación del Consejo General del Poder Judicial
Velilla también ha hablado del actual bloqueo del Consejo General del Poder Judicial, el órgano de gobierno de los jueces, y asegura que los jueces se encuentran en una situación de "total desanimo" ante la falta de renovación, que dificulta la tarea de los letrados en nuestro país. "Con el ataque al CGPJ se arrastra también el ataque al poder judicial", ha señalado Velilla, que lamenta que desde ciertos sectores políticos se generalice el ataque a este poder del estado.
La jueza llega a la conclusión de que estamos creando una "sociedad infantilizada", en la que es más fácil echar la culpa a otro "que tomar las riendas de nuestra propia vida" y asumir las responsabilidades con los demás que tenemos como adultos. "Nosotros tenemos mucho que hacer sobre nuestro destino", ha concluido Natalia Velilla.