La tasa de natalidad en España lleva descendiendo constantemente desde la década de los 80 y en 2020, con la crisis del coronavirus, esta cifra cayó a los mínimos históricos de 1941. Conversamos con Albert Esteve, doctor del Centre d’Estudis Demogràfics de la Universitat Autónoma de Barcelona, y María Sánchez, socióloga y demógrafa de la Universidad Complutense de Madrid, que nos explican que el principal problema es la falta de seguridad económica de los jóvenes en el país.
Señalan que España es de los países del mundo con tasas de fecundidad más bajos o también donde las personas tardan más en tener hijos. En algunos países, los jóvenes cuentan con buenas condiciones laborales y les permiten, alrededor de los 28 años, tener una estabilidad económica para formar una familia. Así, mientras en Suecia no quedan personas con 20 años viviendo con sus padres, aquí es lo habitual.
También apuntan que la tasa de desempleo en España ronda el 40%, siendo el doble que la media de la UE. Indican: "O el Estado o el mercado debe ser quien regule las condiciones laborales, aunque aquí no sucede".
¿Baby boom tras el confinamiento?
Muchos consideraban que debido al confinamiento duro, se iba a producir un baby boom, aunque no fue así. "El miedo al virus y la cantidad de trabajos perdidos hicieron difícil que las personas se plantearan tener hijos", aclaran.
Este problema afecta a muchos colectivos, pero los datos muestran que muchas mujeres menores de 40 sí estarían interesadas en tener hijos, no obstante, no pueden: "El Estado de bienestar no las acompaña a la incorporación al mercado laboral y posponen la maternidad".
El futuro, complicado para pagar pensiones
Así, ambos añaden que España ofrece buena protección a los más mayores y jóvenes, pero no las jóvenes-adultos y estas frustraciones económicas les hacen imposible tener hijos. Sin embargo, esto va a peor, teniendo en cuenta que en menos de 10 años los 'baby boomers' se jubilarán y la poca cantidad de jóvenes cotizantes hará imposible pagar sus pensiones.