Quien más quien menos, es fácil que, aún sin pretenderlo, todos contamos con una persona tóxica a nuestro alrededor. Lo malo no es que sea un amigo, vecino o incluso pariente lejano del que puedas prescindir, sino que sea un jefe, un padre o una madre, una pareja o, en definitiva, una persona con la que tengamos un vínculo más difícil de romper.
En nuestra nueva edición especial de 'Julia en la Onda' en Bilbao, hablamos con la psicóloga Silvia Congost, autora de "Las personas tóxicas", un libro en el que reflexiona acerca del patrón de comportamiento que suelen seguir este tipo de personas.
Para Congost, una persona tóxica es "aquella con la que mantener un vínculo es sinónimo de sufrimiento, ya sea porque hay maltrato psicológico o porque no comparte los mismos valores o las mismas prioridades, lo que hace que estar con ella sea una lucha constante por hacer que el vínculo prospere".
El poder ayudar a "identificar las señales que indican que una persona es tóxica, y el aprender a mirar dentro de uno mismo y observar qué ocurre cada vez que se mantiene contacto con esta persona" es el objetivo que, según la autora, le ha impulsado a escribir el libro.
Sin embargo, hay veces que los dueños de esas actitudes tóxicas somos nosotros mismos, y que el cambio de actitud tenga que, necesariamente, venir de nuestra parte. El perfil narcisista, que muchas ocasiones también implica toxicidad para con las personas que lo rodean, normaliza muchas de estas situaciones y, según, la psicóloga "conviene no sentir empatía por ellos, ya que no suelen cambiar".
