“Los sabores perdidos” tiene personajes, tiene historias y tiene un buen puñado de recetas que firma la cocinera Tassile. Habla de la cocina de las madres, de las abuelas, de los pucheros hirviendo, de los sabores que nos llevan a la infancia.
Raquel Martos nos regala una historia que conecta el paladar y el corazón: “Nada nos conecta mejor con la niñez y los afectos que la comida”, expresa.
“Los sabores perdidos” tiene como escenario un curso de cocina emocional, que se da un fin de semana en una casa de campo.
Martos ha definido su novela como una historia de historias: la cocinera del curso tiene siete alumnos que elaboran una receta que ha sido importante en sus vidas y que ayuda a hilvanar toda la historia del libro a través de las distintas historias de los alumnos.
En esta aventura, Gabriela se estrena por primera vez en el mundo de la literatura con nota. “Fue maravilloso cómo las recetas evolucionaban e iban poniéndole cara a cada uno de los personajes”, revela.
Martos también nos adelanta que hay audio libro, por lo que los lectores podrán ir descubriendo por qué cada receta está enlazada con cada historia de los personajes.
El resultado final de la novela, muy apetecible.