La Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha reconocido esta tarde que el Ministerio de Igualdad sabía que habría revisiones a la baja de las penas a los condenador por agresiones sexuales, una vez entrara en vigor la Ley del 'Sólo sí es sí'. En declaraciones a 'Julia en la Onda' ha explicado que incluso se hizo una simulación, pero que según ese supuesto las revisiones apenas supondrían un 2%.
Y es la primera vez que el Ministerio de Igualdad reconoce esa posibilidad, ya que negó siempre que se pudieran producir una vez en vigor la ley. Tanto la ministra, Irene Montero, como su equipo, atribuían las peticiones de los abogados a propaganda machista. Según ha explicado Victoria Rosell, se hizo hasta una simulación de casos.
Rosell insiste en que la aprobación de la ley socialista es un retroceso feminista que, dice, las mujeres tardarán décadas en recuperar. A su juicio habría que esperar el resultado de las revisiones recurridas por la Fiscalía y al posicionamiento que hará el Tribunal Supremo en junio.
"Hemos visto a padrastros condenados por penetración a una niña de 13 años con condenas rebajadas porque no era pariente. Nosotras metimos a los convivientes", ha explicado Rosell, que se ha quejado de cómo se ha producido esta polémica rebaja de penas. "Lo que ha pasado con las viejas sentencias es que los hechos ya estaban probados y habían impuesto penas mínimas. Que a un padrastro no se le reconozca parentesco, vale; pero, ¿que no se le reconozca abuso de autoridad? ¿Por qué tiene acceso a una niña de 13 años? No va por la calle y se cruza con ella, es porque duerme en la cama de su madre".
El Tribunal Supremo está aún a la espera de revisar estas rebajas de penas en el próximo mes de junio, ante lo que Rosell se pregunta qué pasaría si se pronunciara en el sentido de revocar estas decisiones.
"¿Y si una parte relevante de la judicatura se ha olvidado de sumar las penas de la violencia o intimidación porque antes estaban incluidas en la violación? Ahora está excluida y tienes que sumar el puñetazo, la herida, el trastorno psíquico, la atención psicológica... El sistema aún no se ha comprendido y esto pasa siempre que se cambia una ley" sentencia Rosell.
Insiste en que se espere a conocer la decisión del Tribunal Supremo antes de aprobar cualquier tipo de reforma porque "a lo mejor estamos volviendo al sistema anterior por presiones del Partido Popular y en vez de amoldarse el esquema judicial social a la ley resulta que la ley se va a amoldar al viejo esquema para que todo nos encaje. Es un error y un paso atrás que tardaremos más de una década en recuperar".
Un calvario probatorio
Rosell afirma que la reforma que se va a aprobar este jueves en el Congreso deja de tener el consentimiento en el centro de la ley y las mujeres víctimas de violencia de género tendrán que volver a demostrar la resistencia. "Lamentablemente volvemos a ese sistema, que es un calvario probatorio absolutamente disuasorio para las denunciantes".
La delegada del gobierno se queja de que "el propio PP en sus enmiendas dice que es volver al sistema anterior. ¿Y la prueba cuál es? La violencia, la intimidación, la resistencia de ella, las marcas en su cuerpo... Hasta teniendo vídeo, como en el caso de la violación grupal de Pamplona, había dos tribunales diciendo que aquello no había sido intimidación. La violencia sexual es mucho más".