Tras años de peleas en los juzgados, la lucha de María Salmerón por proteger a su hija de un hombre condenado por maltrato continúa más viva que nunca. Desde muy pequeña, la niña no quería ver su a padre y, por este motivo, Salmerón decidió no consentir que se llevaran cabo las visitas establecidas en el acuerdo de divorcio. En total, ella acumula ya cinco condenas y tres indultos, y el cuarto indulto, que es el que le eximiría de ingresar 9 meses en prisión, ha sido denegado por el Gobierno por imperativo legal.
En 'Julia en la Onda', hablamos con Ángela Alemany, miembro de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, conocedora de primera mano de la situación legal en la que se encuentra María Salmerón, ya que hace un año presentó un recurso de amparo a su favor que fue denegado.
Tras la entrada en vigor de la nueva Ley de la Infancia que restrinje las visitas de los padres condenados por violencia de género a sus hijos, el hecho de que en aquel momento no existiera ninguna ley similar que amparara la decisión que tomó María para proteger a su hija, no la exime de la responsabilidad de no cumplir con el régimen de visitas.
Según Alemany, "la intención de María no era causar ningún daño, si no preservar la voluntad de su hija" aunque "en ese procedimiento se alega que anteriormente que los jueces habían considerado que no existía ese delito". Asimismo, la niña fue sometida a numerosas evaluaciones para determinar hasta qué punto se sentía amenazada por el padre, temor que ella misma le manifestó al juez.
Tras tres indultos del Gobierno que no han sido suficientes, el cuarto ha sido denegado por "imperativo legal", que se acuña a la acumulación de informes desfavorables escritos por una juez que la convertían en reincidente, incluso a pesar de esos indultos.