El coronavirus ha puesto sobre la mesa una condición médica que hasta ahora era poco visible y es la pérdida del olfato. Charlamos con Joaquín Mullol, director de la Unidad de Rinología del Hospital Clínic de Barcelona, que nos explica que esta puede ser de dos tipos: de forma parcial o temporal, que afecta a 1/5 personas, y total, también conocida como anosmia, que es más raro y se encuentra en 1/300 individuos. Señala que "no es lo mismo ser ciego que ser miope, entonces con este sentido es exactamente igual".
Pueden haber alteraciones en el olfato si se ha sufrido coronavirus y el doctor nos recuerda que el paciente puede recuperarlo, aunque también con sensaciones raras "que contradicen lo que el cerebro recuerda".
Suele ser frecuente confundir el olfato con el gusto, ya que ambos están muy relacionados, sin embargo, Mullol manifiesta que "no se pierde el gusto, sino el sabor", teniendo en cuenta que el primero solo distingue entre: dulce, salado, amargo y ácido. Es el resto lo que se combina con el olfato y nos permite identificar comidas y bebidas.
Causas y soluciones a la pérdida olfativa
Uno de los datos que se da sobre el olfato es que fue el primer sentido en desarrollarse y el experto recalca que esto es cierto porque es una forma de identificar partículas fuera del organismo, ya sean malignas o benignas. Por lo que es una forma de supervivencia.
Las causas de la pérdida del olfato son 4: postviral, es decir, causada por un virus, por traumatismos craneoencefálicos, como por accidentes de coches, inflamaciones, como la alergia o la rinosinusitis, y finalmente las enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson.
Y en relación con las soluciones, no siempre se puede solucionar, debido a que esto es un síntoma de una enfermedad, por tanto, "dependerá si este problema es tratable o no".