Según se estima, los españoles consumimos 100 kg de fruta y verdura por persona y año, alimentos que engloban una quinta parte de la lista de la compra que se recomienda consumir diariamente.
Los fruteros son los encargados de vendernos estos productos y de acercarle al cliente sus recomendaciones y preferencias en función de la demanda. Por este motivo, "quien tiene un frutero de confianza tiene un tesoro" y hasta los micrófonos de JELO hemos querido traer a algunos que bien conocen la profesión.
Una empresa familiar
Hablamos con Cristina Campos, frutera de su propio negocio en el madrileño barrio de 'San Blas' en Madrid junto a su marido. Según nos cuenta, el fundador del negocio fue su padre, y la vocación por la profesión le llevó a compartirlo también con su pareja.
Campos reconoce que la primera vez que despachó fruta lo pasó mal porque "todo el mundo quería a mi padre", pero fue solo cuestión de tiempo que cogiera confianza.
El amor por el oficio
Manuel Segarra, por su parte, es frutero de una frutería del centro de Castellón, que también heredó el amor por el oficio después de tres generaciones. Sus abuelos se dedicaban al cultivo de mucha de la fruta y verdura que vendían, lo que hizo que se criara entre estos alimentos.
Sobre la vocación, Segarra asegura que, en su caso, dudó al principio si era un oficio para él, pero "al final me di cuenta de que lo que más me gustaba era la fruta porque era lo que mejor entendía".
Hablamos también con Raúl Fernández, gerente de una empresa mayorista también familiar de frutas y verduras. Aunque es su familia política, Fernández nos habla de los abuelos de los dueños que la fundaron y que mantienen su puesto en 'Mercamadrid'.