Hoy nos acercamos al gremio de los pintores con tres profesionales del sector: Andrés Rodríguez, Ignacio Castillo e Iván Castillo que nos cuentan los aspectos más desconocidos sobre su trabajo.
Andrés e Ignacio nos explican que antes para ejercer la profesión exigían una titulación, algo que ya no existe pero que a partir de 2025 van a pedir capacitación. Por lo que hoy en día quien quiera aprender a pintar tienen que ir a cualquier gremio para aprender las técnicas.
Además, cuentan que la gente por lo general se piensa que pintar una pared es solo coger un rodillo, y no es así porque antes de coger el rodillo "hay mucho trabajo detrás y tienen que conocer muy bien las técnicas" explican, y resaltan que hay una gran variedad de cursos de especialización en la pintura: empapelado, lacado, microcemento, pintura al fresco, pan de oro, y la edad media de esos cursos es de 36-37 años.
Un buen pintor tiene que tener criterio y razones técnicas para aconsejar a los clientes sino no es un buen profesional. "En muchas obras hemos rematado faenas de otra gente", señalan. Es tan grande todo lo que abarca este oficio, "que la gente no se lo cree", señalan.
Por lo que el pintor es el último que llega a una obra, y es el que se come todo los marrones, subrayan. "Si el yesero o el paleta no hacen su trabajo, los pintores somos los que lo arreglamos. Y eso nunca se aprecia", resaltan, y aclaran que el término "pintor de brocha gorda" para nada es despectivo ya que ellos lo usan para diferenciarse de los pintores artísticos. "Aunque cada vez los pinceles son más finos", sostienen entre risas.