Cuando las casas se convierten en platós improvisados
Dicen que de la necesidad hay que hacer virtud. Es lo que han hecho estos días, gran parte de los programas de entretenimiento de la tv, que se realicen desde la propia casa de los presentadores y colaboradores. Así, hemos podido entrar en sus hogares y curiosear sus librerías, los cuadros que tienen en la pared y los pisapapeles del escritorio. Borja Terán repasa esos platós improvisados, y nos habla de cómo se hace la tele confinada.