Ayer fue el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, y por eso no debemos olvidar el larguísimo historial de nuestros políticos en normalización del uso prostitución con dinero público involucrado.
La concejala del PP en Pinto (Madrid), Rosa María Ganso, intentó normalizar esta práctica diciendo que la prostitución "es un bien social", porque hay personas que "utilizan estos servicios porque no les queda otro remedio".
La prostitución también ha estado ligada a la corrupción. La secretaria de Francisco Correa, implicado en la Trama Gürtel, cuenta que este le pedía "mujeres altas, rubias y que fueran putas", ya que las quería para altos cargos.
También no solo se gastan el dinero público, sino que muchos celebran los éxitos políticos. Un referente de esto es cuando Francisco Granados mandó espiar a rivales políticos y compañeros del propio PP y uno de los agentes implicados le pidió celebrar con un "volquete de putas" que fuera bien la primera declaración judicial.
En el año 2005 Interview pilla a Jesús Gallego, el director de la fundación Carlos III, gastándose 19.575 euros en 11 meses en una empresa que se llamaba ‘Interfox y Barajas’, que resultó ser un prostíbulo.
El uso de dinero con tarjeta pública tenemos a Fernando Guillén, el exdirector de Faffe, que pagó hasta 32.566 euros con la tarjeta de esta fundación en varios prostíbulos de Sevilla, Córdoba y Chiclana.
El concejal del PP de Palma, Javier Rodríguez Santos, condenado a dos años de cárcel por haberse gastado hasta 50.000 euros en prostíbulos con la tarjeta de crédito del Ayuntamiento.
También tenemos al cargo público que luego se quiere ir sin pagar. Como el exsenador socialista, Casimiro Curbelo, que tuvo altercados hacia las mujeres que trabajaban en el establecimiento.