"Se suele decir que los dinosaurios tenían un cerebro tan grande como una nuez, lo cual es falso", asegura Juan Luis Arsuaga. Sin embargo, Arsuaga aclara: "los mamíferos tenían que vivir de manera nocturna y eran mucho más pequeños que los dinosaurios. La inteligencia no es sinónimo de supervivencia". Si no llega a aparecer el famoso meteorito, "una trampa", los mamíferos, los animales nocturnos, no habrían sobrevivido...
"La caída del meteorito produjo un largo invierno que dio una ventaja inesperada a los animales nocturnos. Ninguna especie terrestre de un tamaño superior al de un gato, fuera mamífero o reptil, podía sobrevivir en esas circunstancias", nos explica Arsuaga. "Sobrevivieron animales que necesitaban menos energía básicamente porque se produjo una reducción drástica de la producción vegetal y de los ecosistemas", resume nuestro experto. Es decir, los dinosaurios murieron de hambre.
Esta lección nos enseña que en la naturaleza "nadie es mejor que nadie" y todo depende de las circunstancias.
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Masterclass con Juan Luis Arsuaga: El meteorito que cambió las reglas entre mamíferos y dinosaurios