Uno de los grandes enigmas de la historia es por qué nos cuesta tanto valorar y apreciar el arte moderno y preferimos los cuadros o estatuas renacentistas o medievales. Para despejar estas dudas, charlamos con el profesor Miguel Ángel Cajigal, 'El Barroquista', que nos explica que uno de los motivos es que es poco intuitivo y no se entiende tan fácilmente: "Las pinturas clásicas respondían a parámetros realistas, se buscaba imitar a la naturaleza. Ahora es mucho más diverso".
Por ello, recalca que nos encontramos ante un arte "muy individual" y con muchas diferencias entre artistas. Añade que se utiliza mucho la expresión 'Esto lo sabe hacer mi hijo de 3 años', sin embargo, Cajigal recuerda que "ser realista no significa dibujar mejor".
Influye mucho la percepción que hacemos los espectadores y funcionamos de forma intuitiva, es decir, realizamos valoraciones sin conocimientos externos y no es mucho más difícil entender un cuadro o escultura contemporánea. "Nos suelen gustar las cosas antiguas, grandes y caras", recalca.
La muerte como unidad de medida
'El Barroquista' apunta que tendemos a apreciar más las obras de los artistas muertos, como le ocurrió a David Bowie: "Tenía muchas obras pero se dieron a conocer después de su fallecimiento". Incluso señala que "hay gente que va a los museos con estupefacción lámparas primitivas, pero después no mira igual a las actuales".