Hoy iniciamos una nueva serie de clases. En este caso, lo hacemos con el doctor y profesor en Filosofía de la Universidad de Barcelona, Nemrod Carrasco. Para la primera sesión, nos habla de esta disciplina y repasa con nosotros los tópicos más compartidos en la actualidad sobre ella.
Carrasco comienza haciendo un llamamiento al reconocimiento de las mujeres filósofas que han sido las grandes olvidadas de la historia, a pesar de haber contribuido mucho a las corrientes de pensamiento, como el caso de Hildegarda de Bingen. Explica que puede deberse al poco interés en darles el reconocimiento necesario o por los pocos espacios y momentos que se les ha cedido para mostrar su voz.
La filosofía se encarga de los temas trascendentales
El principal tópico que se dice de la filosofía es que se encarga de resolver las grandes preguntas de la existencia, como de dónde venimos o cuál es el sentido de la vida, sin embargo, Carrasco nos aclara que esto solo es una parte y que también se puede responder a "por qué somos tan cotillas". Al final, la psicología y la filosofía pueden ir de la mano, ya que ambas nos sirven para hacernos preguntas. Podemos respondernos a muchas cuestiones, sin que todas sean trascendentales.
La filosofía no está al alcance de todos
Otra de las críticas que se hace de ella es que utiliza conceptos, teorías y corrientes de pensamiento muy complejas, lo que no permite a todo el mundo poder disfrutar ni participar de ella. Carrasco reconoce que es cierto que "se ha encerrado un poco en sí misma" y hace que mucha gente se asuste. Aunque no siempre tiene que ser así, teniendo en cuenta que se puede hablar de muchos temas: "No se necesita saber de filosofía para hablar de filosofía". Por ello, la clave está en pararnos más a pensar y no hablar sin haber reflexionado antes.
La filosofía es muy seria
Es muy común escuchar que es preferible no pensar porque así se vive más feliz, pero esto no tiene relación, ya que justamente el problema recae en el hecho que actuamos demasiado sin pensar. "¿Y si la infelicidad la causa el no pensar?", añade. Asimismo, la filosofía debe incomodarnos, por lo que es mejor que lo haga desde el humor, ya que sirve para desdramatizar.
Ante todo, Carrasco reflexiona sobre la utilidad de la filosofía: "Al final, puede traernos muchas alegrías, como cuando nos miramos al espejo y decimos "qué tonto he sido"".