Ese niño se llamaba Benjamín, tenía 7 años, ha fallecido este viernes y su madre, hace unos meses, pedía ayuda urgente en los micrófonos de Onda Cero Marbella.
La madre es Natalia y pedía un piso adaptado para que Benjamín pudiera volver a hacer vida normal, yendo al colegio; porque vivían en un barrio modesto de Marbella, en un cuarto piso sin ascensor. "Es una necesidad", declaraba Natalia en la entrevista.
No ha llegado a tiempo esa ayuda (tan sólo ha llegado una ayuda económica del Ayuntamiento y el gobierno andaluz, pero insuficiente para conseguir ese piso adaptado). Benjamín murió el viernes por el tumor que le afectaba desde hacía unos meses y le había provocado una parálisis que le dejó en una silla de ruedas. En enero los médicos le dijeron a Natalia que lo mejor para Benjamín era que volviera al cole. Y ahí es donde surgió el ofrecimiento de los bomberos de Marbella: cada día acudían a casa de Benjamín para llevarle y traerle del colegio. "Es habitual este tipo de colaboraciones por las circunstancias que sean", afirma Medardo Tudela, el jefe de servicio de los bomberos de Marbella.
En abril el Ayuntamiento de Marbella y el gobierno andaluz le concedieron a la familia de Benjamín una ayuda de 300 euros al mes. Insuficiente para mantener a Natalia, madre que vivía sola, con Benjamín y otra niña. Ahora ha llegado el entierro y los bomberos y los vecinos de la familia han conseguido reunir 6.000 euros con los que han pagado la incineración de Benjamín. El jefe de servicio de los bomberos nos contaba que la historia de Benjamín les ha "tocado" personalmente. "La sonrisa que ponía Benjamín cuando le ayudábamos a bajar no tiene precio", declara Tudela.