Ha ocurrido con una copia de la Inmaculada de Murillo, pintada a mediados del siglo XVII. El actual propietario es un coleccionista de arte valenciano que encargó la restauración y limpieza del cuadro a un restaurador de muebles. Pagó unos 1.200 euros y el resultado no se parece en nada a la copia original.
Hemos hablado con el experto en arte Luis Pastor, que ha contado que durante las últimas horas sus amigos han compartido esta noticia a noticia con él y le han preguntado si se trataba de una broma.
Luis Pastor asegura que este tipo de incidentes con obras de arte ocurren principalmente porque en España no hay ninguna ley que obligue a los propietarios de patrimonio a contratar a profesionales de la restauración titulados para este tipo de trabajos. De forma que los coleccionistas pueden entregarse al que les ofrezca el mejor precio, aunque carezca de conocimientos.