El lunes se desencalló el buque Ever Given tras seis días atascado en el canal de Suez, lo que provocó la suspensión del transporte marítimo en un punto esencial para las rutas del comercio internacional. ¿Cuáles han sido las consecuencias? Lo hablamos con Blas Moreno y Fernando Arancón.
Aunque se ha podido reanudar la navegación, todavía hay más de 400 barcos a la espera para poder atravesar la vía. Las autoridades del canal esperan que el tráfico pueda volver al ritmo habitual en tres o cuatro días, es decir que circulen unos 50 barcos diarios.
Estos días de trabajo parado, trae consecuencias como por ejemplo en España, en los puertos de Valencia o Barcelona que van a recibir una avalancha de contenedores que tienen que ser organizados y desembarcados con mucha agilidad.
Otra de las consecuencias son las demandas económicas que generan este tipo de accidentes. Hay muchas empresas afectadas por el retraso de mercancías que van a pedir compensaciones económicas a sus aseguradoras o al canal de Suez. Además, del daño reputacional que le supone a Egipto que su símbolo nacional se haya quedado parado varios días.
El bloqueo del canal de Suez ha supuesto un efecto mariposa en las cadenas de suministro de todo el mundo, sobre todo en aquellas que están diseñadas para que todo se ejecute y llegue a su destino en el tiempo clavado. Esto agrava también los efectos de la pandemia en un comercio internacional que ya estaba en crisis.
¿Hay otras rutas para solucionar este tipo de situaciones con más rapidez?
En Suez en 2015 se finalizó una especie de segundo canal en el tramo central de unos 30 km pero Ever Given se quedó atascado en el primer tramo, donde hay solo un carril. Esto ha llevado a Egipto a plantearse si debería desdoblar todo el canal, al igual que el de Panamá, para crear una ruta alternativa y evitar incidentes. Otra de las alternativas por la que optaron algunos barcos fue la ruta del Cabo, explican.