Hablamos de los tuppers que ahora están muy de moda: "Comer fuera de casa casi siempre se ha tenido que dar", ha dicho Ana Vega. Sin embargo, la palabra "táper" está en la RAE desde apenas el 2017.
Tupperware es una empresa que fundó un ingeniero químico de origen alemán en 1938. "Este hombre empezó a investigar la aplicación del polietileno de otros plásticos para hacer utensilios de cocina e inventó esos recipientes que se pueden cerrar herméticamente y que eran una gran solución para guardar comida", ha explicado Vega.
La mayoría de tuppers son rectangulares pero la empresa emprendedora inventó el método de venta por demostración: "Un sistema social y simpaticón en el que vendían muchísimo", ha contado la experta en gastronomía.
De hecho, fue un recipiente tan popular que comenzaron a llegar pronto las imitaciones: "La empresa Tupperware se lo tomó tan a pecho que, hasta hace 4 o 5 años, si tu tenias un blog de cocina y hablabas de tuppers, te mandaban un correo avisando de que era un producto registrado", ha proseguido Ana.
Pero antes de decir "táper", la gente decía: Fiambrera, tartera o portaviandas. Según Ana: "El portaviandas era algo incluso más sofisticado porque eran fiambreras que se encajaban unas encima de otras y debajo, había un hueco para meter brasas y que se calentara la comida".
Además, hemos descubierto que existen los tuppers eléctricos.
El guardacenas
Hubieron fiambreras de corcho y de madera. Incluso existía el guardacenas, el máximo nivel de las fiambreras antiguas porque era una cazuela que tenía un cierre con llave.
"Cuando la gente viajaba en el siglo XVI y XVII, llegaban a las posadas con este utensilio. De camino a la habitación del huésped, podían ocurrir cosas como que alguien metiese la cuchara o que quitasen un trozo de comida. Para evitar eso y asegurarse de la calidad en la cadena de distribución, metían los alimentos en el guardacenas y la llave la tenía el mayordomo o el dueño", ha desvelado la gastrónoma.