El tsunami político del Partido Popular e Isabel Díaz Ayuso comenzaba pasadas la una de la tarde, cuando ya teníamos toda la tarde organizada. A quien no le ha pillado desprevenida ha sido a Raquel Martos, que ha estado muy atenta a esta "película de poder, traición y espías" que implica a la presidenta de la Comunidad de Madrid y a la cúpula del Partido Popular.
El culebrón comenzó ayer por la noche cuando 'El Confidencial' hacía pública la existencia de un presunto espionaje liderado por la cúpula del PP hacia Isabel Díaz Ayuso debido a presuntas irregularidades en el contrato adjudicado a la empresa de su hermano en la compra de mascarillas al inicio de la pandemia. En esta investigación aparecieron nombres muy concretos vinculados a altos cargos del partido tales como Ángel Carromero, que habría ordenado el espionaje llevadas a cabo por un grupo de fontaneros de Génova. Pedro Vera nos ha recreado en exclusiva cómo fueron estas conversaciones entre faena y faena.
Sin embargo no ha sido hasta esta mañana cuando todo ha saltado por los aires y los dirigentes del partido han suspendido sus compromisos para redactar sus respectivos discursos exculpatorios. El primero en hablar y despejar el misterio ha sido Martínez Almeida que ha hablado en calidad de alcalde y se ha desmarcado a él mismo y a todo su ejecutivo, incluyendo a Carromero de ordenar el espionaje, aunque ha asegurado que iniciaría una investigación.
A la 1 del mediodía escuchábamos a la presidenta de la comunidad desde la Puerta del Sol mostrándose muy ofendida por las publicaciones, a lo que García Egea respondía ordenando un expediente de información sobre ella. El Secretario General del PP, que a los poco minutos llama al teléfono de aludidos del programa-culebrón, ha sido muy duro en sus declaraciones, según Martos "velando porque no haya nada chungo" y dándole respuesta a la acusación de Ayuso sobre el éxito electoral, afirmando que "los buenos resultados no eximen del deber de rectitud y lealtad".
