Quizás el nombre de José Jurado no les suene. Su alias, Dinamita Montilla, puede que algo más.
El hombre de sesenta y tres años que se esconde bajo ese nombre, carga actualmente con cinco crímenes en su haber, el último de ellos ocurrido hace casi dos años.
Un asesino en serie que hoy analizamos junto a Luis Rendueles y Manu Marlasca en Territorio Negro.
¿Quiénes son sus víctimas?
El último crimen que cometió Jurado fue contra David, un estudiante universitario de ingeniería informática de veintiún años que salió el día 29 de agosto de 2022 en dirección a una casa de aperos propiedad de sus padres, en el paraje de Los Ciegos, en los Montes, en la parte baja del Guadalmedina, donde se disponía a recoger algarrobas.
Allí tenía el permiso de los dueños de las fincas colindantes para recolectar los frutos, actividad que le permitía sufragarse sus gastos para no pedir dinero a sus padres. David no regresó a casa, lo que extrañó mucho a sus padres.
Esa misma noche, la del 29 de agosto, la familia de David salió a buscarlo por las inmediaciones de la finca donde tienen la casa de aperos. No fue hasta la mañana siguiente, sobre las ocho y media, cuando encontraron el cadáver de David con dos disparos en la cabeza.
Se sabe que al llegar a su parcela, sobre las siete de la tarde, David se encontró con un hombre armado con una escopeta de caza junto a la casa de aperos. Un viejo con pinta de estar «hecho mierda», tal y como le escribió en WhatsApp a su padre y a su grupo de amigos. David le dio agua y mantuvieron una breve conversación.
Los agentes del Grupo de Homicidios de Málaga trabajaron con la idea de que ese misterioso hombre fuese el asesino de David. Por eso, contactaron con la asociación de cazadores y tomaron declaración a decenas de ellos. También hablaron con los propietarios de todas las fincas de la zona, pero nadie pudo aportar una sola pista buena.
¿Qué encontraron los agentes junto al cuerpo sin vida del joven estudiante?
La Policía Científica recogió unas sesenta muestras en la escena. Entre ellas encontraron una mezcla de ADN de dos personas en la hebilla de la cremallera de la mochila de la víctima. Uno de los perfiles genéticos correspondía a David. El segundo, a un varón desconocido cuyo ADN no estaba incorporado a la base de datos, es decir, era anónimo. Un año después del crimen, y tras agotar varias vías de investigación, los agentes volvieron a aquella muestra.
En el laboratorio lograron individualizar el cromosoma Y, lo que les permitió centrarse en la rama paterna del portador de ese perfil genético, aún desconocido. Al volver a introducirlo en la base de datos, saltó un positivo: coincidía con el de un vecino de Málaga, pero no en su totalidad. Es decir, el sospechoso era algún familiar por parte de padre. Sin embargo, al consultar la partida de nacimiento, descubrieron que aquel hombre había cambiado de apellidos, por lo que tuvieron que averiguar su apellido original: Jurado.
A partir de ese punto, los investigadores reconstruyeron su árbol genealógico. En el Registro Civil llegaron hasta 1949. Después, acudieron al Obispado para tirar de las partidas bautismales. Así lograron remontarse hasta el año 1871.
Los agentes revisaron todas y cada una de las ramas de los Jurado y en ese examen un candidato llamó su atención: José Jurado Montilla, de sesenta y tres años, más conocido como 'El Titi' o 'Dinamita Montilla', un mote que le pusieron porque de joven se pasó con la carga de pólvora en unos fuegos artificiales en un pequeño pueblo de Galicia. Era un candidato ideal: había cumplido condena por cuatro homicidios cometidos en Málaga en la década de los ochenta.
Condenado a más de 100 años de prisión
Lo condenaron a 123 años por los cuatro homicidios, de los que cumplió veintiocho.
Él fue uno de los presos liberados tras la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que tumbó la 'doctrina Parot', aunque pasó inadvertido entre otros asesinos mucho más mediáticos.
Según ha contado nuestro compañero Juan Cano en el diario Sur, El Titi quedó en libertad el 13 de diciembre de 2013. Salió de la prisión zaragozana de Zuera igual que entró: con unos vaqueros, una cazadora y una mochila. Le dieron dieciséis euros para un taxi a Zaragoza, dieciocho para el almuerzo y los billetes del tren a Madrid y Málaga. El Titi regresó a Campanillas, la barriada malagueña donde creció. Pero ya no le quedaba nada allí. La primera noche en la ciudad la pasó debajo de un puente. Su familia le dio la espalda tras las sucesivas condenas, salvo su madre, que le siguió escribiendo hasta su muerte en 2007.
¿Cuáles fueron sus anteriores crímenes?
En noviembre de 1985, mató de un disparo de escopeta a Francisco González, un vecino de Puerto De la Torre de 57 años que había ido a dar una vuelta por su cortijo en Almogía preocupado por los constantes saqueos que sufría, unas circunstancias que recuerdan mucho al asesinato de David, treinta y siete años más tarde. Jurado Montilla fue detenido el 4 de mayo de 1987 mientras se comía un bocadillo de tortilla en la estación de Las Mellizas, en Álora.
Además del crimen de Francisco González, fue acusado de las muertes de dos turistas, un inglés y un alemán que estaban de acampada en El Chorro. Sus cadáveres fueron hallados con disparos y heridas de arma blanca. En la mochila de El Titi encontraron una navaja suiza que, según los investigadores, fue la que usó en los crímenes, que él siempre negó.
En su equipaje también localizaron unos parches de bicicleta, bombillas y unas pilas que lo situaron en el escenario de otro crimen cometido en esas fechas, el de Antonio Paniagua, de 46 años, exchófer de Juanito Valderrama. Su cadáver fue hallado semicarbonizado el 15 de marzo de ese mismo 1987 en una casa de campo en el puerto de Los Randos, en Campanillas, donde pasaba largas temporadas. En la mochila de José Jurado encontraron unos cartuchos como los que se usaron para matar a Paniagua.
Hace once años este asesino abandonó la cárcel. No se vuelve a hablar de él hasta que la Policía lo encuentra gracias a ese árbol genealógico que revisan con la muestra de ADN hallada en el escenario del crimen.
Su rastro en las redes sociales
No se sabe muy bien la vida que llevó en sus primeros años de libertad, pero sí se sabe con bastante precisión lo que ha estado haciendo desde febrero de 2023.
Los investigadores del grupo de Homicidios de Málaga se llevaron toda una sorpresa cuando, tras localizar a José Jurado Montilla por el rastro familiar de ese vestigio con ADN, hicieron una primera búsqueda en fuentes abiertas, es decir, la que podemos hacer cualquiera de nosotros gracias a Google o a cualquier otro buscador.
Ese que habla de un establecimiento hostelero de la localidad malagueña de El Chorro, el escenario de dos de sus crímenes en la década de los ochenta, es el mismísimo Jurado Montilla en una de sus primeras publicaciones en Tik Tok, red social en la que había publicado centenares de vídeos desde febrero de 2023 bajo el alias DinamitaJuradoMontilla. Cuando fue detenido tenía casi cuatro mil seguidores y había acumulado más de mil seiscientos likes.
Los vídeos en la conocida red social eran paisajes a los que añadía música de Julio Iglesias, Boney M; otras veces hacía críticas, reseñas de los lugares que visitaba; en algún vídeo hablaba de su vida e incluso contaba (a su manera) las razones por las que estuvo en la cárcel...
Su cuenta de Tik Tok sirvió para que los investigadores pudiesen seguir el rastro del sospechoso por toda España. Al abrir su cuenta estaba en la provincia de Málaga y desde entonces recorrió las provincias de Sevilla, Alicante, Almería, Granada, Murcia, Valencia, Vizcaya, Guipúzcoa, Madrid, Badajoz... Viajaba en autobuses y en trenes y dormía en hoteles modestos o pensiones o directamente al raso, según contaba en sus publicaciones.
La actividad en Tik Tok fue fundamental. La semana que comenzó el 13 de mayo, los investigadores se dieron cuenta de que estaba en Extremadura.
Así lo aseguraba él en este vídeo, una reflexión, o más bien una turra sobre la historia de Extremadura sobre diecisiete minutos. En los días previos a su detención, Jurado publicó dos vídeos que lo situaron en el escenario de su detención. El primero lo grabó en el hostal donde se hospedó mostrando la habitación.
En el segundo estaba dentro del bar Benito, en Valdebótoa, y narraba un encuentro con dos vecinos del pueblo con los que conversó y que lo convidaron a comida y bebida en el establecimiento, que en línea recta está a sólo cinco kilómetros de la frontera con Portugal.
No sospechaba que la Policía llevaba tiempo siguiéndolo, al menos desde horas antes, cuando un conductor se ofreció a llevarlo desde Gévora hasta Valdebótoa para que cogiese un autobús con destino a Alburquerque, donde Montilla quería llegar. Nunca llegó porque la policía lo detuvo en el bar Benito instantes después de grabar su última publicación.