Caso Asunta: Lo que nunca sabremos
Rosario Porto y Alfonso Basterra son culpables de la muerte de su hija Asunta. Así lo dictaminó en octubre de 2015 el jurado en un veredicto unánime. Hablamos en Territorio Negro de esas preguntas que quedarán para siempre sin contestar tras conocer la noticia de la muerte de la madre de Asunta.
Rosario Porto ha sido encontrada muerta ahorcada en su celda. Hace cinco años, el proceso judicial y todo lo que rodeó el caso de la muerte de Asunta Basterra estuvo rodeado de incógnitas. Algunas de ellas, incluso tras el juicio, quedaron sin resolver. Repasamos en este Territorio Negro todo aquello que nunca sabremos y las preguntas a las que tuvo que enfrentarse el juez Vázquez Taín, quien elaboró la sentencia.
Caso Asunta: lo que nunca sabremos
Será el juez quien elabore la sentencia, pero basándose en el veredicto del jurado. Ahora el juez tiene que hacer un relato de hechos probados sobre lo ocurrido ese 21 de septiembre de 2013 –fecha de la muerte de Asunta– y los meses previos. Pero siempre basándose en las preguntas que formaban el objeto del veredicto que respondió el jurado popular. Es decir, el juez tendrá que recoger que Rosario y Alfonso actuaron en todo momento de común acuerdo, tal y como dijo el jurado.
Y también, y aquí pueden empezar los problemas para el juez, tendrá que situar a Alfonso Basterra en la escena del crimen, tal y como dijo el jurado. Pese a que el fiscal abrió la puerta, ante la falta de evidencias de la presencia de Alfonso en la finca de Teo, de que pudiese no haber estado en el momento de la muerte, el jurado elaboró una tesis que ni el fiscal ni la acusación habían planteado. Es decir, fueron más lejos.
El fiscal dijo en sus conclusiones aquello de que tan asesino es quien compra el rifle como quien aprieta el gatillo. De esta manera, le decía al jurado que aunque no hubiesen demostrado la presencia de Basterra en el escenario del crimen,el padre de la niña participó en todos los preparativos previos y posteriores a la muerte de su hija.
Sin embargo, el jurado quiso situar a Basterra en el lugar del crimen: dijeron que el padre de la niña podía ir en el coche conducido por Rosario –que fue grabado por las cámaras–, puesto que la parte trasera del coche no se ve por los cristales tintados. El jurado cree a una joven, antigua compañera de Asunta, que dijo haber visto a Alfonso con su hija en la calle y creen que, tras participar en la muerte de Asunta, regresó de la finca antes que Rosario e hizo varias llamadas desde su casa para montar su coartada.
El jurado no solo tuvo en cuenta todo lo ocurrido en el juicio, sino que miró con todo detenimiento lo instruido por el juez Vázquez Taín: declaraciones anteriores, informes de comunicaciones. Ahora el juez tendrá que hilar muy fino para que su relato de hechos cuadre con las respuestas dadas por el jurado en el objeto del veredicto. Esas posibles incongruencias son las que abrirán la puerta a los recursos de las defensas y será el TSJ el organismo que decida si son suficientes para tumbar el veredicto y la sentencia.
Rosario Porto y Alfonso Basterra drogaron a Asunta
Ha quedado claro en el veredicto y así quedará reflejado en la sentencia, que Alfonso y Rosario drogaban a su hija… No solo que la drogaban, sino que lo hacían de común acuerdo. Rosario y Alfonso empezaron a suministrar orfidal a Asunta tres meses antes de la muerte de la niña. El padre compró entre julio y septiembre al menos 125 pastillas, algunas de ellas engañando a los empleados de las farmacias donde las adquiría, como al que le dijo que se había dejado en un hotel la caja que había comprado días antes. Los análisis forenses fueron my claros: Asunta había consumido mucho lorazepam. Pero, además, los testimonios de las profesoras y madres de amigas de Asunta fueron demoledores: cada compra de orfidales del padre coincidía con noches en que la cría iba a dormir con él y luego con episodios de mareos y otros síntomas. La niña contó que su madre le daba polvos blancos que sabían fatal y la madre, en su primera declaración, aseguraba que era el padre el que le daba esos polvos.
Rosario llegó a decir que la niña le superaba
Parece claro que los padres tuvieron muy poco que hacer ante estas pruebas, pero lo que nunca parece que sabremos es la razón de todas esas sedaciones… No lo sabremos nunca y aquí entramos en el terreno de las hipótesis, porque ni en la instrucción ni en el juicio se ha dado explicación a esto. Hay varias versiones: hay quien piensa que Asunta simplemente molestaba. Rosario llegó a decir a su psicóloga que la niña la superaba, la agotaba. Esta hipótesis choca con ese común acuerdo entre ambos. ¿Qué interés tenía Basterra en drogar a la niña?
Está claro que el día de su muerte, Asunta fue narcotizada para dejarla indefensa, pero las sedaciones anteriores (al menos dos en julio y otra mas en septiembre apenas tres días antes del crimen) no tienen una explicación clara.Otra versión habla de que las drogas servían para debilitar la voluntad de la niña, que sería así objeto de algún extraño y siniestro juego de índole sexual, pero eso tampoco encaja bien con el hecho de que la cría fuese enviada a clase tras esas sedaciones.
Lo cierto es que esa niña vivió un verdadero infierno en los tres meses previos a su muerte y que solo después de morir, salieron voces que lo denunciaron. Los profesores lo dejaron claro: se alarmaron cuando se enteraron de que el cuerpo de Asunta iba a ser incinerado y por eso acudieron a la Guardia Civil. No parece que haya nada reprochable en ello. Además, Rosario y Alfonso sostuvieron siempre que la niña andaba algo mareada o dormida por los medicamentos que le daban para ese supuesto asma o alergia que los médicos y la cuidadora de la niña se encargaron de desmentir.
El estado mental de Rosario Porto
El estado mental de Rosario Porto es otra de las cosas que no ha quedado demasiado aclarado en el juicio. Rosario tiene antecedentes psiquiátricos importantes. Una psiquiatra que la trató durante un ingreso en 2009 dijo que en esa época, cuatro años antes del crimen, la mujer tenía un cuadro de ansiedad, angustia, deseos de morir, tristeza… Además, en varios informes se recogen episodios similares. Sin embargo, todos nos sorprendimos mucho cuando la psiquiatra, invocando el secreto profesional, se negó a contestar la pregunta de si a Rosario le estorbaba Asunta.
Es decir, que no hemos sabido realmente el estado anímico de la madre de la niña en los meses anteriores al crimen. No lo sabemos con exactitud porque, además, en el juicio no estuvo una persona que podía haber sido clave para entender ese estado de ánimo. Manuel, el amante de Rosario Porto, había sido llamado a declarar por las defensas, pero en el último momento renunciaron a su testimonio “para no alimentar el morbo, según dijeron”. Manuel mantuvo una relación sexual y sentimental con Rosario desde marzo de 2012 a julio de 2013. Pero, además, el 20 de septiembre de 2013, el día anterior al crimen, Manuel y Rosario se vieron en una cita de la que tampoco tenemos una explicación clara y de la que, al parecer, se enteró Alfonso Basterra.
Fotos de Asunta amortajada comprometedoras para los padres
En Interviú se han publicado imágenes de la niña, cuanto menos, extrañas: amortajada, vestida de bailarina en poses inusuales para una pequeña… Sobre esas fotos amortajada, sus padres explicaron en el juicio que a Asunta le gustaba disfrazarse y que en esas imágenes simulaba ser una momia. Respecto a las fotos halladas en el teléfono de Rosario Porto en las que la niña está vestida y maquillada como una bailarina, aunque con ojos de agotamiento, casi dormida, y tumbada en posiciones forzadas en un sofá, Alfonso Basterra dijo que son normales, que son las fotos que un padre le hace a su hija tras una actuación. Eso puede ser discutible, igual que lo sorprendente que resulta que esas imágenes se tomasen a horas tan alejadas de cualquier gala infantil como la una de la mañana.
Lo que no parece muy discutible es lo ocurrido con el ordenador de Basterra… El ordenador, recordemos, no estaba en el primer registro que hace la Guardia Civil en su casa, pese a que él sostiene que siempre estuvo allí. Lo cierto es que tres meses después el ordenador aparece completamente limpio por fuera y por dentro: alguien ha limpiado casi todas las huellas dactilares y han desaparecido del dispositivo medio millón de archivos: algunos de ellos corresponden a imágenes pornográficas de mujeres de rasgos orientales. También eso puede ser discutible, pero extraño sí parece…
Las preguntas sin contestar del caso Asunta
Volvamos a las preguntas sin contestar. ¿Qué pasó esa noche del mes de julio, cuando Rosario dijo que la habían asaltado en casa? En el juicio la madre sostuvo esa versión de un hombre encapuchado y con guantes que agarraba del cuello a su hija y al que ella logró hacer huir… Una versión muy poco sólida, que no parece que nadie creyese. Ella dijo que dormía como un tronco, pero sin embargo, una de sus amigas recibió un whatsapp de ella a las dos menos cuarto, la hora en la que Rosario sitúa el ataque. Recordemos que la madre ni siquiera denuncia formalmente la irrupción de ese extraño en su casa.
En el cronograma de todo este caso hay algo que llama mucho la atención en torno a este episodio: un día después de este supuesto ataque, Alfonso Basterra compra la primera caja de orfidal. ¿Fue ese ataque un intento de matar a la niña y, al ver que era complicado, empezaron a darle orfidal? También esto es discutible, pero el cronograma es bastante claro aquí.
¿Quién trasladó el cuerpo de Asunta hasta el lugar en el que fue encontrado?
Otras de las dudas que han quedado en el juicio y que ni siquiera tienen respuesta en el veredicto: ¿quién trasladó el cuerpo de Asunta hasta el lugar en el que fue encontrado? El relato de hechos del jurado acaba en que Rosario y Alfonso ataron a Asunta las manos y las piernas y sin posibilidad de que se defendiese debido a las altas dosis de lorazepam que le habían dado, la asfixiaron. No se paran a explicar quién ni cómo trasladó el cuerpo a la pista donde fue hallado. El abogado de Rosario puso de manifiesto que la niña era del mismo peso que su madre, lo que haría muy difícil que ella hubiese llevado el cadáver, máxime cuando los forenses dijeron que no había muestras de que el cuerpo fuese arrastrado. Además, en el coche de Rosario no se encontró ni un solo rastro de tierra o arena similar a la que había en la pista.
Este punto del traslado lo complica aún más el testimonio del matrimonio que aseguró en el juicio que a las 22.30 de la noche, el cuerpo de Asunta no estaba en el lugar en el que fue encontrado y a esa hora, el padre y la madre estaban en la comisaría de Santiago, denunciando la desaparición de su hija. Hay otro dato también a tener en cuenta en este apartado: Rosario tarda 12 minutos en llegar a la finca de Teo en el viaje de ida, pero tarda 38 minutos en el viaje de regreso. ¿Qué hizo en ese periodo de tiempo? Los investigadores creen que esos 26 minutos de diferencia son los que sirvieron para dejar el cuerpo de la niña. Pero es otra pregunta sin respuesta.
¿Por qué murió Asunta, cuál fue el móvil del crimen?
Y hay una pregunta que es la fundamental, pero la que nunca se podrá responder: ¿por qué murió Asunta, cuál fue el móvil o los móviles del crimen? Ni el juez Vázquez Taín, en una instrucción que ahora se ha visto respaldada por el veredicto, ni la Guardia Civil, ni el fiscal, ni la acusación… Nadie ha podido determinar cuáles fueron las razones del crimen. Aquí volvemos al terreno de las hipótesis y aquí cobra vital importancia aquella conversación que el juez ordenó grabar en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil y que fue anulada, pero que todos recordamos: Rosario diciéndole a Alfonso aquello de “Mira dónde nos ha llevado tu imaginación calenturienta, tú y tus jueguecitos, Alfonso”.
La hipótesis de la muerte de Asunta
Respecto a ese asunto, una joven prostituta que ejercía en un piso de Santiago de Compostela acudió a la policía, y al juez, después del crimen. Contó que trabajaba en un piso donde había algunas menores de edad, donde se ofrecían servicios de bondage (sadomasoquismo suave) y que el padre acudía allí y pedía jóvenes aniñadas. La pista fue investigada, la policía acudió al piso, pero no se encontraron menores de edad y el asunto quedó en punto muerto. Hay una hipótesis que apuntaría a que Asunta, como hemos dicho antes, era objeto de algún juego de tipo perverso; otra teoría señala que Asunta pudo enterarse de algún secreto inconfesable de los padres y otra, quizás la más terrible de todas, dice que Asunta simplemente era una molestia, un obstáculo para la vida que querían llevar Alfonso y Rosario. Juntos o cada uno por su lado.