El crimen de las niñas de Alcàsser se convirtió en uno de los casos más mediáticos y seguidos por la opinión pública de la historia de nuestro país. La brutalidad con la que el principal sospechoso, Antonio Anglés, asesinó a las jóvenes Desirée y Míriam, de 14 años y a Toñi, de 15, la noche del 13 de noviembre de 1992, continúa conmocionando a todo aquel que escucha el relato de los hechos. Hoy, justo 29 años después de aquella fatídica noche, reconstruimos el caso con Manu Marlasca y Luis Rendueles y aclaramos en qué situación se encuentra la investigación.
La reconstrucción de los hechos
Recordamos que los hechos ocurrieron en la localidad valenciana de Alcàsser, donde una fría noche de otoño de hace29 años, tres jóvenes de entre 14 y 15 años decidieron acudir a una fiesta que se celebraba en la localidad de Picasent, situada a dos kilómetros. La discoteca a la que pensaban acudir, y a la que llegarían haciendo autoestop nunca las acogió, debido, según fuentes policiales, a que la pérdida del rastro de las niñas se produjo en ese recorrido.
Las familias de las tres niñas, que esperaban impacientes su llegada a casa, denunciaron la desaparición pocas horas después, ya que el hecho de que las niñas se fueran con lo puesto y casi sin dinero descartó rápido la posibilidad de que se tratara de una huida voluntaria. La mediatización del caso fue casi instantánea, y la ausencia de pistas verosímiles para la policía volcó todas las esperanzas en la colaboración ciudadana.
Una búsqueda incansable marcada por la opinión pública
En los días posteriores, cientos de personas aseguraron haberlas visto de camino a la discoteca, aunque la investigación se centró en los testimonios que aseguraron que una pareja las acercó a una gasolinera, donde Antonio Anglés y Miguel Ricart las recogieron en su Opel Corsa con la supuesta intención de depositarlas en un destino al que nunca llegarían.
Poco más de dos meses después de aquella noche, los cuerpos de las menores fueron localizados en una fosa semienterrados, juntos y cubiertos por una alfombra. La investigación concluyó que llegaron hasta allí después de recorrer los 20 kilómetros que separaban ambas localizaciones, violarlas anal y vaginalmente, amputarles algunos miembros, como la mano de una de las jóvenes, y matarlas de un tiro en la cabeza para finalmente enterrarlas, quizá en dos localizaciones diferentes.
Todos los datos que conocemos hasta la fecha fueron descubiertos gracias a las muestras que los agentes encontraron en la escena del crimen y sus alrededores, lo que permitió localizar a los dos implicados a los pocos días. Miguel Ricart fue rápidamente condenado a 170 años de prisión, aunque, incluso después del juicio, el tribunal continuaba considerando a Anglés, que estaba en paradero desconocido, como el principal sospechoso.
La huida de Antonio Anglés
Desde ese momento, la búsqueda de Anglés ha traído de cabeza a los investigadores debido a las múltiples teorías y testimonios que existen en torno a su huida. Tras reconstruir los movimientos que realizó en esos meses, la investigación concluyó que se escondió varios días en su casa de Alborache, en la antigua estación de Vilamarxant y un chalet en Benaguasil. Después pasaría por Valencia, dónde cambió su imagen, para trasladarse a Lisboa, coger el barco 'City of Plymouth' y cruzar el mar con la intención de llegar a Liverpool y huir desde allí.
Sin embargo fue interceptado en el camino, y mostrando una documentación falsa, huyó en un bote que se localizó pero sin lograr interceptar al fugitivo. Según se pudo saber por las pruebas que aportó el capitán del barco tiempo después, Anglés huyó gracias a la ayuda de dos marineros ya fallecidos.
A pesar del tiempo que ha transcurrido desde entonces, la aportación de pruebas nuevas es un fenómenos recurrente en este caso, ya que se registraron muchas negligencias en la investigación debido, según algunas fuentes, a la presión de la opinión pública, que llevaron a que se realizaran varias autopsias y a que el caso se haya reabierto en numerosas ocasiones.
El caso en la actualidad
Ahora, la magistrada Elisa Fort ha ordenado que se realicen varias pruebas que permitan arrojar algo de luz al caso y esclarecer los hechos, incluso casi tres décadas después. Entre los análisis que se han realizado recientemente, se encuentra el de medio centenar de pelos hallados en el lugar donde se localizaron los cadáveres y el registro de los coches del encarcelado Miguel Ricart que permita situar a las niñas allí.
De esta forma, en el caso de que Anglés sea localizado y encarcelado, tendría que responder ante la Justicia por los crímenes de Míriam, Desirée y Toñi, y sería procesado y juzgado con todas las garantías siempre y cuando su detención se produjera antes del 29 de diciembre de 2029, fecha en la que el caso quedaría prescrito.
Por este motivo, la justicia continúa centrada en localizarle a través de nuevos dispositivos y acciones de búsqueda internacional, como su reciente incorporación en la lista de los 'Most Wanted' de la Interpool y que se haya hecho público un retrato robot con el aspecto que tendría en la actualidad.