Territorio Negro: Crónica negra del Palmar de Troya
Hay un Papa en una cárcel de Sevilla. O un ex Papa, más bien. En este territorio negro, vamos a adentrarnos en la oscura historia, ya va para cincuenta años, de la iglesia cristiana palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz. De cómo nació, cómo creció, y diríamos incluso que se reprodujo y se dividió. Y hasta de cómo un Papa dimitió y volvió años después encapuchado para robar. De todo eso vamos a intentar hacer un resumen esta tarde
La historia de El Palmar de Troya empezó hace cincuenta años, en la primavera de 1968, en una finca llamada La Alcaparrosa de un pueblecito llamado El Palmar de Troya, muy cerca de Utrera, en la provincia de Sevilla.
Cuatro niñas, en la mayoría de los supuestos milagros o apariciones las primeras que ven algo suelen ser niñas, que es una imagen asociada a la inocencia. Pues bien, están recogiendo flores para la virgen y dicen que ven algo, unos ojos sobre una piedra, un rostro, luego dijeron que era una mujer con un manto blanco, luego que era la Virgen María, y se desató la fiebre…
Eso ocurre en 1968, hace ahora cincuenta años. Pero la leyenda venía de atrás, incluso de antes de la Guerra Civil se decía que por los campos del pueblo se aparecía la Virgen. A la zona llegan enfermos, llegan fieles, llegan curiosos y también llegan, claro, videntes
Llegan muchos videntes. Hay digamos competencia. Mucha gente dice que habla con la Virgen y traslada sus mensajes. No es fácil hacerse un hueco. Y eso lo entiende rápido un tipo avispado que tiene entonces y se ganaba la vida como agente de seguros y luego empleado de Sevillana Electricidad. Clemente que acude a la finca La Alcaparrosa con su amigo Manuel Alonso. Muy pronto, Clemente entra en éxtasis, ya en 1969. Pero, insisto, la competencia es feroz y por decirlo de forma prosaica, solo con los éxtasis no destacabas allí en El Palmar.
Este hombre empieza a sufrir llagas, estigmas, sangra por todo el cuerpo. También otras personas sufren esas heridas. Hay al menos tres mujeres videntes que muestran imágenes de sus manos sangrando, pero Clemente lo supera todo. Una madrugada de 1970 sangra por el abdomen, por el pecho, sangra cada año varias veces. En 1971, en el 72 y en 1973 se corona. Aparece con unas heridas tremendas. Pierde, dicen los testigos, hasta 16 litros de sangre. Las heridas son iguales, dicen sus fieles, que las que sufrió Cristo durante la pasión. Tiene hasta la huella similar a la lanzada de un soldado romano. Clemente pasa a ser el jefe, el líder carismático del grupo. Otras personas insisten en que ellos también ven a la Virgen, aunque de forma más modesta, hoy diríamos menos mediática. Escuchemos lo que contaba Pepe a un reportero de TVE
Clemente fue hábil y se subió en una ola que recorría el mundo. En aquellos años setenta había mucha gente en contra de las corrientes renovadoras de la iglesia católica. Gente que quería que la misa se diera en latín, por ejemplo; que las mujeres no se pusieran bikini, que no trabajaran fuera de casa… Surgieron movimientos ultras, integristas, en varios países. En Francia el más importante lo protagonizó el cardenal Lefebvre. Y en Vietnam estaba el arzobispo Nho Ding Thuc, que en 1976 ordenó sacerdote a Clemente Domínguez y a varios fieles más. Y bendijo digamos así la orden de la Santa Faz y del Palmar de Troya. Empezó entonces la época dorada de El Palmar.
O sea, un arzobispo católico bendijo esas apariciones y bendijo a Clemente como obispo. Eso dio un empujón enorme al grupo de El Palmar de Troya. Llegaba dinero de todas partes, en España también había muchos ultracatólicos descontentos con la línea de la iglesia tras la muerte de Franco, que marcaba el cardenal Tarancón, partidario de la democracia. Así que en El Palmar empezó a entrar dinero a espuertas, primero de fieles de Sevilla, luego de toda España y luego de todo el mundo. Además, en 1976 Clemente sufre un accidente de tráfico que le deja ciego. Eso, aunque suene morboso, le da un aura un más misterioso para sus fieles, un aura de mártir que aumenta su popularidad.
Y tras la muerte de Pablo VI, el Vaticano rompe con Clemente, o viceversa, en 1978. Y Clemente se nombra a sí mismo Papa. La vida dentro de El Palmar es un misterio pero sí llegan hasta allí dinero y joyas que se emplean en levantar una basílica enorme (hoy se calcula que vale 13 millones de euros) y crear pasos de Semana Santa de enorme valor y belleza, mejores que algunos de las hermandades sevillanas. Clemente y los suyos van comprando también (a Dios rogando…) pisos y terrenos en Sevilla y la provincia. Y, ya como Papa, nombra santos, claro. Uno de los primeros fue San Francisco Franco, del que aún había una estatua hace poco dentro de El Palmar y también a San Carrero Blanco y San Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei, por cierto mucho antes de lo que lo hiciera el Vaticano.
El Gobierno, entonces del PSOE, reconoce como asociación religiosa la orden de los Carmelitas de la Santa Faz en el año 1987. Allí viven unas ochenta o noventa personas entre monjas y frailes. También fieles que llegan con sus hijos, que estudian en el colegio de El Palmar. Lo que se sabe de sus vidas llega a través de escándalos que van publicando compañeros del diario ABC y la revista Interviú.
El 17 de mayo de 1982 el papa Clemente y varios de sus obispos, hasta ocho, acuden a Alba de Tormes, en la provincia de Salamanca. Allí está el sepulcro de Santa Teresa de Jesús. Se monta un tiberio enorme y los vecinos acusan al Papa Clemente de querer robar las reliquias de la santa para llevárselas al Palmar de Troya. Clemente llama ramera a Santa Teresa, insulta al entonces Papa Juan Pablo II que le parecía digamos flojo… Hubo que llamar a la Guardia Civil, que rescató a Clemente de los ciudadanos que podían haberlo linchado. Las fotografías de la época son tremendas: turbas, coches volcados y hasta un coche quemado…
Muy pronto también empiezan los rumores sobre el sexo dentro de El Palmar de Troya, también. En diciembre de aquel 1982 un joven novicio cubano bastante resultón digamos intenta suicidarse cortándose los genitales y clavándose en los ojos las púas de un cilicio que usaba para fustigarse por sus pecados. El hombre fue atendido en un hospital de Sevilla y sobrevivió. Entonces se vieron algunas imágenes, difundidas por interviú, de prácticas dolorosas que rozaban el sadomasoquismo. No vamos a entrar en detalles pero eran supuestos castigos en zonas muy sensibles. El Palmar fue un fenómeno ya casi folclórico
Estos eran los gamberros de Siniestro Total, no sé si hoy podrían cantar aquellas canciones salvajes de los años ochenta. En fin, ¿que no se hizo nunca nada contra los desmanes de El Palmar de Troy? El Palmar de Troya nunca fue una prioridad para nadie. Tiempo después se fue sabiendo, lo han ido contando personas que escapaban de allí, que eran frecuentes las relaciones sexuales casi siempre entre los obispos del Palmar. Así lo dijo por ejemplo el secretario personal del Papa Clemente. También con monjas y con menores de edad según esa versión… No ha habido nunca una investigación en profundidad de El Palmar, solo trabajos periodísticos que apuntaron que Clemente era conocido de joven en algunos ambientes de ambiente de Sevilla como La Voltio porque había sido revisor de una compañía de electricidad. En los años 90 el propio Papa reconoció que había tenido sexo con sacerdotes y monjas de su orden.
Y este asunto también es muy grave, nadie ha controlado nunca el dinero que entra en El Palmar Y sería un buen momento. La iglesia de El Palmar de Troya no ha pagado apenas impuestos. Está levantada en un terreno rústico, no urbanizable. Levantaron todo sin licencia de obra y pagando un IBI rústico, no urbano. No se sabe cuánta gente hay allí enterrada, entre otros está el Papa Clemente, que murió en 2005 y su sucesor, Manuel Alonso. Hasta El Palmar de Troya han llegado cantidades ingentes de dinero que enviaban fieles de todo el mundo. Muchos sacerdotes contaron que traían los fajos de billetes en coche cruzando la frontera, bajo su sotana. Se calcula que el presupuesto de El Palmar son unos dos millones de euros al año. Pero nadie ha puesto orden ahí, son más bien los escándalos que protagonizan los que han puesto el foco sobre ellos.
Y llegamos a 2011. Tras la muerte de Manuel Alonso, o Pedro II, el amigo y sucesor de Clemente, se nombra Papa al padre Sergio María, que en realidad se llama Ginés Jesús Hernández, que toma el nombre de Gregorio XVIII. ¿Quién es este hombre que ahora está en la cárcel?
Varios reportajes de nuestros compañeros en interviú Carlos Barrio y Reyes Tatay lo retrataron. Ginés Jesús Hernández o Ginesín el de los Rute, como lo llamaban en su pueblo de La Puebla de La Mula, en Murcia, fue seminarista de joven en Toledo, con 16 años, y fue invitado a irse por sufrir algunos trastornos. Hizo la mili en la infantería paracaidista, esto será importante para entender su última performance, tuvo una novia en Valencia y la dejó para ingresar en el Palmar, donde se cambió el nombre por el de padre Sergio María. Allí se llevó a sus padres, a los que separó del resto de la familia hasta la muerte. Siguen enterrados en el Palmar.
Y el papado de este hombre, Gregorio XVIII empieza bien. Ginés, que tiene ahora 59 años, llevaba 32 años allí cuando fue nombrado Papa. Tuvo suerte porque poco después llegó una buena inyección de dinero desde Alemania. Así que pudo restaurar la cúpula de la catedral, pintar y remover torres… Algo empezó a torcerse muy pronto y su Papado solo duró cinco años antes de que abandonara los muros de La Alcaparrosa en 2016.
Qué ocurrió, porque en esta historia hay una mujer, una mata hari, y varios obispos y muchas acusaciones. La versión de Ginés es que él quiso poner orden dentro de la iglesia tanto moral como económicamente. Dijo que quería prohibir el sexo y el alcohol, así lo contó el, porque dentro del Palmar se bebía y se practicaba sexo, especialmente la sodomía que a él no le convence. El Papa contó que había sexo entre frailes, que algunos tenían hijos con gente del pueblo…
En medio de esta historia está también una devota de El Palmar, Nieves Triviño, que trabajaba como animadora cultural en el ayuntamiento de Monachil en Granada y acudía al Palmar. Allí conoció a Ginés, antes de ser Papa, y según ella se enamoró. Ella se bautizó como la Mata Hari de Troya porque detectó, dijo, una conspiración contra el Papa y le avisó por whatsapp. Los dos, confesaron luego, ya se gustaban.
Quizá por eso el Papa de un grupo que tiene a Franco como santo autorizó algunas cosas digamos chocantes en ese mundo. Gregorio XVIII decretó que los frailes podían fumar (el era fumador empedernido) en una encíclica de 14 de enero de 2016. También permitía que los frailes y monjas hablaran por teléfono con sus familiares y usaran, esto es así, ropa interior transparente, con encajes o como sea, porque no es para irla enseñando. En un congreso eucarístico en Wisconsin, el Papa acabó de destaparse y consintió el uso de pantalones vaqueros y revisó la postura del misionero, prescrita a los fieles como única práctica sexual. Desde ese día el Papa autorizó que las mujeres se pusieran arriba para practicar el acto sexual y que sus maridos pudieran tocarles los pechos.
Pero aquí me temo que el asunto de fondo vuelve a ser algo tan terrenal como el dinero.¿ Se fue con dinero el Papa cuando dimitió? Ginés dice que se llevó mil euros y el Papamóvil, un bmw x6 blanco. También dice que dejó digamos un superávit, un remanente en dinero negro de unos 575.000 euros. Pero el nuevo Papa de El Palmar que gobierna Troya con el nombre de Pedro III y es un ciudadano suizo, asegura que es un ladrón, un sucio y un vicioso: También, que se llevó joyas y dinero por un valor de unos dos millones de euros. El nuevo Papa anunció que Ginés iba a ser “receptor de la ira de Dios”.
Mes y medio después de irse Ginés se produjo un incendio en la basílica donde entonces vivían 72 frailes y monjas en total. Se quemó el archivo y la biblioteca, casi se quema también la estatua de Franco. La Guardia Civil dictaminó que había sido fortuito.
Y qué ha hecho estos dos años de vida civil el ex Papa Ginés. Lo vimos hasta en una portada de interviú con su novia, ahora ya esposa. Así fue. Salió en los medios, se casó con Nieves, su pareja. También se apuntó al paro, pidió una pensión contributiva al estado porque obviamente no cotizó ni un día a la Seguridad Social de los 32 años que vivió dentro de El Palmar. Y lo penúltimo que habíamos sabido era que se había afiliado al PP. Hasta hace unos días.
Y aquí se produce el último episodio, el que ha llevado a la cárcel al ex Papa y a su esposa. Un episodio violento y serio, poca broma, con puñaladas de por medio
La tarde del domingo 10 de junio, desde El Palmar de Troya se llama a la Guardia Civil. Hay tres heridos, dos de ellos tienen puñaladas en el cuerpo y están sangrando. La herida más leve es Nieves, la esposa del ex Papa. Él tiene cuatro puñaladas y también tiene puñaladas un sacerdote paraguayo que los sorprendió entrando al Palmar encapuchados, armados con navaja, bridas y herramientas. Se llevan a los tres al hospital donde se han ido recuperando. La semana pasada, la juez envió a prisión al ex Papa Ginés y su pareja por robo con violencia.
¿Qué sabemos de lo que ocurrió allí?
Ginés y su mujer llegaron en coche al Palmar. Esperaron a que empezara la misa a las seis de la tarde, a la que puede acceder el público siempre que vaya bien vestido o más bien muy tapado y con colores oscuros. Entonces Ginés y su pareja saltaron por la parte más baja de los muros, junto a los depósitos del agua. Ya dentro del recinto fueron sorprendidos por un sacerdote paraguayo que estaba trabajando en los terrenos. Ginés llevaba un cuchillo...
No sabemos mucho más porque Ginés y su mujer, Nieves, se han negado a declarar. Su defensa imaginamos que consistirá en decir que volvía a recuperar cosas suyas. Allí dentro de El Palmar hay joyas valiosísimas, dinero vamos a decir opaco, cajas fuertes… Y Ginés llevaba herramientas para abrirlas.
Está en la cárcel, por tentativa de robo con violencia. Iban encapuchados los dos y saltaron la valla de cuatro metros. Eran las seis de la tarde y había misa. Un religioso que estaba fuera los sorprendió. La Guardia Civil encontró en el coche herramientas, bridas, útiles para forzar cerraduras
Dos millones de euros al año