Hace una semana, el culpable de uno de los delitos más impactantes de los últimos años fue condenado a 16 años y 11 meses de cárcel: Pedro Muñoz, condenado por un delito de lesiones agravados y malos tratos a su mujer, fue durante muchos años uno de los hombres más poderosos de la comarca de El Bierzo. Muñoz presidió la cámara municipal de Toreno, en León, y lideró un partido creado por el mismo, Coalición por El Bierzo, clave para la gobernabilidad en la ciudad de Ponferrada.
Manu Marlasca y Luis Rendueles han regresado una semana más con su Territorio Negro, y han recopilado todos los detalles que se conocen acerca de la aterradora historia de Raquel Díaz, la mujer de Pedro Muñoz, que fue víctima de violencia machista desde que comenzó su relación con su marido. El 27 de mayo de 2020, en plena pandemia, Muñoz arrojó a su mujer por la ventana de una finca del matrimonio situada en Toreno. La mujer sobrevivió a la caída, pero ha quedado parapléjica para el resto de su vida.
Una brutal agresión
Tal y como han explicado los periodistas en Julia en la Onda, Muñoz llamó a los servicios de emergencia después de defenestrar a su mujer, y explicó a los sanitarios que ella se había precipitado desde la terraza. Sin embargo, el parte de lesiones muestra que, aparte de las gravísimas lesiones de la caída, Díaz presentaba 14 lesiones anteriores y posteriores a la caída, en el costado, el abdomen, la rodilla y los tobillos. El médico que atendió a la mujer en León, tras reconocer estos indicios, dio la voz de alarma al sospechar que podría tratarse de un caso de malos tratos continuados.
Al despertar del coma, Raquel Díaz contó una historia que distaba totalmente del relato de su marido: la mujer que contó que Muñoz la tiró por la ventana, y que ella rebotó contra un pozo de la finca y cayó sobre unas escaleras. Según manifestó en su impactante testimonio, Díaz no perdió el conocimiento al caer desde la ventana, pues su marido la arrastró hasta el interior de la casa para propinarle un puñetazo en el ojo y varias patadas. Díaz contó que, en el mismo episodio, su marido le disparó con una pistola de munición plástica y le atacó con un palo, antes de perder la conciencia.
"Zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya?", "Matarte es poco", "¿Te has dado cuenta de que la única forma de librarte de mí es muerta?": estas son las palabras que la mujer, tal y como ha declarado, escuchó en boca de su marido después de que la arrojase desde la terraza. Sin embargo, Muñoz niega esta versión y, como explican Rendueles y Marlasca, el exconcejal primero contó que su mujer se cayó mientras buscaba a una gata por la casa, y después afirmó que la caída se produjo durante una pelea violenta que estalló entre los dos. Pra defenderse, Muñoz ha acusado en numerosas ocasiones a su mujer de mentir, de ser alcohólica y de ser una persona tóxica.
Maltratos constantes durante toda la relación
Durante las investigaciones, se ha descubierto que Raquel Díaz ha sido víctima de malos tratos desde el inicio de la relación. El 13 de marzo de 2018, Díaz llamó al 112 durante un episodio de malos tratos, que no se investigó en profundidad. En esa ocasión, el concejal afirmó que se sucedió una discusión en la que su mujer rompió un cuadro con un marco de cristal.
Debido a los gritos y la violencia, Muñoz decidió que el matrimonio se trasladaría en 2019 a Villafranca del Bierzo, pues los vecinos de la anterior vivienda ya habían sido testigos de los gritos y las peleas. Ese mismo año, el exconcejal acudió a una notaría con su mujer, a la que hizo firma un documento en el que daba fe de que nunca había recibido malos tratos por parte de su marido.
Rendueles y Marlasca explican que la mujer salvó la vida en 2020 de milagro, y que durante el juicio admitió que vivía aterrada, sufriendo constantes agresiones y violaciones por parte de su marido. Díaz explicó también que intentó dejar la relación en varias ocasiones, aunque su marido conseguía asustarla, afirmando que iba a hundir su vida en Ponferrada, y que iba a matar a sus hijos y otros familiares si le abandonaba. La hermana de Raquel explicó que era conocedora de otros episodios de maltrato, y que tenía que quedar a escondidas con su hermana en la ciudad de Burgos para evitar la cólera de Pedro Muñoz.
Una condena polémica
Pedro Muñoz ha sido condenado a 16 años y 11 meses de prisión por los malos tratos habituales a su mujer, y por el delito de lesiones agravadas: 12 años son por arrojar a su mujer por la ventana, y los otros cuatro por el resto de malos tratos habituales a su mujer. El exconcejal ha estado dos años en prisión preventiva, y después en libertad preventiva con una pulsera electrónica con la que se han monitorizado los movimientos del político. Durante este tiempo, Raquel ha vivido en varias residencias de mayores cuyo nombre se ha ocultado para evitar que Muñoz se acerque.
Con todo, Muñoz no ha sido condenado de los delitos más grandes que se le imputaban: intento de homicidio y de asesinato. Según ha entendido los jueces, Muñoz no puede ser condenado por asesinato porque, tras defenestrar a la víctima, llamó a los servicios de urgencias para socorrerla. Además, explica la sentencia, el hecho de que no fuese un acto planeado le resta gravedad, pues los jueces entienden que la mujer pudo defenderse durante la pelea.
La sentencia al respecto reza: “Los hechos no pueden ser castigados como un asesinato intentado porque no fue un ataque sorpresivo. No hubo alevosía, no solo porque ya antes de la denunciante fuera arrojada por la terraza había habido entre las partes un previo episodio violento, sino también porque hubo resistencia defensiva y forcejeo. La Audiencia de León también ha absuelto a Muñoz de las acusaciones de amenazas e injurias.
Ambas partes pueden recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo: los abogados de Muñoz, de 67 años de edad, ya han anunciado que recurrirán a esta vía, quizá para ganar algo de tiempo, opinan los periodistas. Los abogados de Raquel, por otro lado, reclamaban más años de prisión para el exconcejal de Ponferrada, si bien es la víctima la que debe decidir si recurrir la sentencia o no.