Manu Marlasca, tras la muerte de Rosario Porto: "Nunca vamos a saber los detalles del crimen de Asunta"
El periodista especializado en sucesos Manu Marlasca analiza en Julia en la Onda el reciente hallazgo del cadáver ahorcado de Rosario Porto, conocida por asesinar junto a su marido, Alfonso Basterra, a su hija adoptiva Asunta.
El periodista especializado en sucesos Manu Marlasca analiza en Julia en la Onda el reciente hallazgo del cadáver ahorcado de Rosario Porto, conocida por ser asesinar junto a su marido, Alfonso Basterra, a su hija adoptiva Asunta.
Rosario Porto, madre adoptiva de Asunta Basterra, ha sido hallada muerta en su celda, colgada de un cinturón de tela atado a la ventana. Cumplía su pena en la cárcel de Brieva (Ávila), pero había pasado ya por diferentes penales durante los 7 años de la condena -de los 18 que debía cumplir- con problemas de adaptación que provocaron que en su casa se intensificara el protocolo de prevención de suicidios. Nos recuerda el periodista Manu Marlasca, que había intentado suicidarse en dos ocasiones, en 2017 y 2018, la última vez "con el cordón de una sudadera" y antes tomando "algo más de la dosis habituales de tranquilizantes de los que tenía prescritos".
El suicidio se produjo entre las 8:30 y las 9:00 de la mañana
"En este momento no estaba en el protocolo de prevención de suicidios", apunta Marlasca, que señala que Porto había estado seis veces antes inscrita en este protocolo. "En el recuento de esta mañana a las ocho y media de la mañana estaba perfectamente, después de ese recuento las internas sea sean y bajan a desayunar y ella ya no ha bajado", cuenta Marlasca. "A las nueve la han encontrado en su celda con un cinturón de tela que había colgado del marco de la ventana de su celda; tenía la celda perfectamente recogida, lo que hace pensar que había tomado la decisión con antelación", explica el periodista. Asegura que no estaba ya en ese protocolo porque un preso "no puede cumplir toda su condena con un protocolo de prevención de suicidios porque es un régimen más estricto dentro de lo habitual, una condena dentro de la condena".
Una vida difícil en prisión
Los traslados continuos de cárcel "se han debido siempre a su mala situación en las prisiones". "En A Lama y Teixeiro era bastante conocida y no tuvo una buena adaptación", cuenta Marlasca sobre la difícil vida de Basterra en prisión dado el carácter del crimen que cometió en 2013. Porto estaba mejor de ánimo según los psicólogos tras el último cambio de prisión y creían que estaba cambiando su estado de ánimo. "Las cárceles de mujeres son bastante particulares y diferentes a las de hombres, no hay violencia explicita pero si silente... aunque Brieva es un centro tranquilo, los módulos de A Lama y Teixeiro se lo hicieron pasar bastante mal", explica Marlasca.
Su marido, Alfonso Basterra, "se ha echado a llorar cuando ha conocido la noticia" pese a que ya apenas tenían relación. Ambos negaron el crimen de Asunta. "Nos vamos a quedar sin saber los detalles de ese crimen porque la mitad de los implicados ha muerte", lamenta el periodista, que considera, hay muchos "misterios" sin resolver en este suceso.
Las preguntas sin contestar del caso Asunta
¿Qué pasó esa noche del mes de julio, cuando Rosario dijo que la habían asaltado en casa? En el juicio la madre sostuvo esa versión de un hombre encapuchado y con guantes que agarraba del cuello a su hija y al que ella logró hacer huir… Una versión muy poco sólida, que no parece que nadie creyese. Ella dijo que dormía como un tronco, pero sin embargo, una de sus amigas recibió un whatsapp de ella a las dos menos cuarto, la hora en la que Rosario sitúa el ataque. Recordemos que la madre ni siquiera denuncia formalmente la irrupción de ese extraño en su casa.
En el cronograma de todo este caso hay algo que llama mucho la atención en torno a este episodio: un día después de este supuesto ataque, Alfonso Basterra compra la primera caja de orfidal. ¿Fue ese ataque un intento de matar a la niña y, al ver que era complicado, empezaron a darle orfidal? También esto es discutible, pero el cronograma es bastante claro aquí.
¿Quién trasladó el cuerpo de Asunta hasta el lugar en el que fue encontrado?
Otras de las dudas que han quedado en el juicio y que ni siquiera tienen respuesta en el veredicto: ¿quién trasladó el cuerpo de Asunta hasta el lugar en el que fue encontrado? El relato de hechos del jurado acaba en que Rosario y Alfonso ataron a Asunta las manos y las piernas y sin posibilidad de que se defendiese debido a las altas dosis de lorazepam que le habían dado, la asfixiaron. No se paran a explicar quién ni cómo trasladó el cuerpo a la pista donde fue hallado. El abogado de Rosario puso de manifiesto que la niña era del mismo peso que su madre, lo que haría muy difícil que ella hubiese llevado el cadáver, máxime cuando los forenses dijeron que no había muestras de que el cuerpo fuese arrastrado. Además, en el coche de Rosario no se encontró ni un solo rastro de tierra o arena similar a la que había en la pista.
Este punto del traslado lo complica aún más el testimonio del matrimonio que aseguró en el juicio que a las 22.30 de la noche, el cuerpo de Asunta no estaba en el lugar en el que fue encontrado y a esa hora, el padre y la madre estaban en la comisaría de Santiago, denunciando la desaparición de su hija. Hay otro dato también a tener en cuenta en este apartado: Rosario tarda 12 minutos en llegar a la finca de Teo en el viaje de ida, pero tarda 38 minutos en el viaje de regreso. ¿Qué hizo en ese periodo de tiempo? Los investigadores creen que esos 26 minutos de diferencia son los que sirvieron para dejar el cuerpo de la niña. Pero es otra pregunta sin respuesta.
¿Por qué murió Asunta, cuál fue el móvil del crimen?
Y hay una pregunta que es la fundamental, pero la que nunca se podrá responder: ¿por qué murió Asunta, cuál fue el móvil o los móviles del crimen? Ni el juez Vázquez Taín, en una instrucción que ahora se ha visto respaldada por el veredicto, ni la Guardia Civil, ni el fiscal, ni la acusación… Nadie ha podido determinar cuáles fueron las razones del crimen. Aquí volvemos al terreno de las hipótesis y aquí cobra vital importancia aquella conversación que el juez ordenó grabar en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil y que fue anulada, pero que todos recordamos: Rosario diciéndole a Alfonso aquello de “Mira dónde nos ha llevado tu imaginación calenturienta, tú y tus jueguecitos, Alfonso”.
La hipótesis de la muerte de Asunta
Respecto a ese asunto, una joven prostituta que ejercía en un piso de Santiago de Compostela acudió a la policía, y al juez, después del crimen. Contó que trabajaba en un piso donde había algunas menores de edad, donde se ofrecían servicios de bondage (sadomasoquismo suave) y que el padre acudía allí y pedía jóvenes aniñadas. La pista fue investigada, la policía acudió al piso, pero no se encontraron menores de edad y el asunto quedó en punto muerto. Hay una hipótesis que apuntaría a que Asunta, como hemos dicho antes, era objeto de algún juego de tipo perverso; otra teoría señala que Asunta pudo enterarse de algún secreto inconfesable de los padres y otra, quizás la más terrible de todas, dice que Asunta simplemente era una molestia, un obstáculo para la vida que querían llevar Alfonso y Rosario. Juntos o cada uno por su lado.