Vamos a hablar de la operación Ming, un trabajo de la Guardia Civil que empieza hace más de un año y casi de casualidad.Empieza el 26 de agosto del pasado año. En esa fecha, la Guardia Civil detiene a tres chinos e identifica a cuatro. Todos habían participado en el secuestro de un compatriota, al que engañaron haciéndole creer que estaban interesados en instalar un equipo de aire acondicionado, que era a lo que él se dedicaba. Su verdadera intención era secuestrarle para cobrar una deuda de 14.000 euros que la víctima había contraído con el dueño de un restaurante de Sevilla, también chino.
Es decir, los delincuentes actuaban por encargo de un tercero.En una de las citas, los secuestradores metieron a la fuerza en un coche a la víctima y la llevaron desde el polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada, hasta Illescas (Toledo), donde habían alquilado un chalé para el secuestro. Llamaron luego a la mujer de la víctima y le exigieron los 14.000 euros de deuda para liberar a su marido, pero el hombre logró escapar por una ventana y comenzó a pedir auxilio. Un vecino de la zona llamó a la Guardia Civil, que detuvo a tres de los secuestradores. La víctima presentó una denuncia al ser trasladado al cuartel, pero unas horas más tarde se lo pensó mejor.
Como pasa en tantas otras ocasiones en el mundo de la delincuencia china, la víctima del secuestro retiró la denuncia. Dijo que estaba en aquella casa de Illescas por voluntad propia, que allí había una fiesta. Pero la investigación ya estaba en marcha y la UCE de la Guardia Civil comenzó a tirar de un hilo que les llevó a todo un hermano mayor, como se refieren en el argot de la delincuencia china a los jefes.
Se trata de Wenping Lin, alias Laozong, un tipo que lleva muchos años en España y que incluso ya conocía las cárceles de nuestro país. Ha ido creciendo en el escalafón del crimen: hasta hace unos años se dedicaba a la venta de productos falsificados y ahora es el jefe de lo que él mismo y los suyos denominaban Banda del Sol. La Guardia Civil llegó hasta él porque fue la persona que solicitó la licencia de apertura de un karaoke que fue utilizado como señuelo para engañar a la víctima del secuestro: se supone que era en ese local en el que tenía que hacer la instalación de aire acondicionado.
La Banda del Sol era una organización mafiosa clásica en cuanto a su estructura: un jefe supremo, Laozong, que por debajo tenía cuatro hermanos mayores, que a su vez tenían hermanos menores, la tropa, el equivalente a los soldati de las organizaciones mafiosas italianas. Pero la Banda del Sol se dedicaba casi exclusivamente al blanqueo de capitales y al cobro de morosos. Cobraban deudas por encargo o cobraban las deudas que ellos mismos generaban, porque otra de sus actividades principales era la usura, daban préstamos pero a intereses brutales, que provocaban deudas imposibles de afrontar.
Laozong y los suyos entregaban dinero fácil y rápido, aunque, eso sí, a intereses que llegaban al 200 por cien. Por ejemplo, un tipo les pedía 3.000 euros, pero es que al cabo de treinta días tenía que devolverles 7.000. La Guardia Civil ha calculado que la red ganaba unos 500 euros al día solo con los intereses que generaban las deudas. Y si no se pagaban, llegaban las presiones en forma de paliza, destrozar su negocio, amenazas a la familia, secuestros y, en última instancia, la Banda del Sol se quedaba con el negocio del moroso o con algún otro de sus bienes, como la casa o el coche. El que prestaba el dinero siempre ganaba.
Su clientela era sobre todo, pequeños empresarios de tiendas de todo a cien, bazares o comercios de alimentación. Le pedían a la organización dinero para adquirir género o para afrontar el pago de una hipoteca. Y muchas veces, como en el caso de una víctima de Cáceres, la Banda del Sol se quedaba con la mitad –en este caso se trataba de un comercio valorado en 200.000 euros– o con todo el negocio del incauto que había acudido al grupo para solicitar ayuda. Otros de los clientes de la red eran los adictos al juego…
Muchos de los componentes de la comunidad china son muy aficionados a los juegos tradicionales –como el majong– o a los procedentes de Occidente, como el póker o el Black Jack. La Banda del Sol tenía sus propios casinos clandestinos donde montaba timbas en las que los propios jefes del grupo se encargaban de hacer de prestamistas a los jugadores que lo habían perdido todo. De hecho, la pasada semana, cuando la Guardia Civil desmanteló el grupo, los agentes encontraron uno de estos casinos ilegales oculto tras la estantería de un burdel.
En esta casa de masajes –que era la apariencia formal que tenía– ubicada en el barrio de Usera, al sur de Madrid, había varias prostitutas chinas destinadas exclusivamente a clientes chinos. El negocio se lo había quedado la banda porque su propietario anterior había contraído una deuda con ellos. Allí, aparte de masajes con, como dicen en su publicidad, final feliz, se organizaban timbas en las que se apostaba mucho dinero.
La Banda del Sol se habían labrado una fama que alcanzaba ya buena parte de España. Los empresarios chinos instalados aquí sabían que estos eran eficaces a la hora de apretar a los morosos, así que, en lugar de llamar al cobrador del frac, acudían a la Banda del Sol que, eso sí, se quedaba hasta con el 50 por ciento de la deuda a cobrar.
Laozong es un hombre casado, pero residía habitualmente en un chalé de Getafe, a veces solo o bien disfrutando de la compañía de sus amantes ocasionales. Su casa era el cuartel general de la banda y también el escenario de tremendas juergas: en el sótano se había hecho instalar una sala de fiestas con karaoke. Todo el material, de ultimísima tecnología. Allí era frecuente la presencia de prostitutas y de la droga que más gusta a estos delincuentes chinos: la metanfetamina.
Es la droga que ha hecho popular Walter White, el personaje que protagoniza Breaking Bad, la serie de culto que acaba de finalizar en Estados Unidos. La metanfetamina, meta, cristal –así se llama– es una droga de síntesis, es decir, que no procede de ninguna sustancia natural, sino que se fabrica en laboratorio. Se esnifa o se fuma y es altamente adictiva y peligrosa. La Guardia Civil encontró esta droga en algunos de los registros de la operación Ming.
Los investigadores creen que el grupo estaba a punto de comenzar a producirla. Había iniciado las gestiones para adquirir en China la materia prima necesaria para fabricar metanfetamina en España, en crear sus propios laboratorios, como los de Walter White…
En la operación Ming fueron detenidas once personas: ocho de ellos fueron enviados a prisión y uno fue expulsado de España. La Guardia Civil cree que la banda estaba formado por unas veinte personas, aunque el número variaba bastante, porque había miembros que entraban y salían del grupo y algunos que no superaban las pruebas para entrar o para subir en el escalafón.
La tropa, los soldati de la Banda del Sol eran chicos muy jóvenes, de entre 18 y 21 años. Para ser admitidos en la organización mafiosa o para ascender dentro de la banda tenían que superar pruebas que siempre tenían que ver con la comisión de delitos: destrozar el local de alguien que se retrasaba en los pagos; dar una paliza a un moroso; amenazar a las familias de las víctimas… En función del éxito de la acción, el matón subía en el escalafón. Los trabajos más arriesgados, como los secuestros, ya eran llevados a cabo por los miembros más veteranos del grupo.
Una de las cosas que más ha sorprendido a los responsables de la investigación. Los sicarios, los miembros más jóvenes de la banda, eran hijos de comerciantes o empresarios bien asentados en España. Algunos de estos jóvenes sicarios incluso han nacido aquí y la gran mayoría están en España desde que eran niños y pertenecen a familias chinas que han tenido éxito en nuestro país. Simplemente, preferían convertirse en mafiosos a ayudar a sus padres en los negocios… El glamur del crimen, y esto no les pasa solo a los delincuentes chinos, tenía digamos más tirón que el trabajo duro…
Suele pasar, desde luego, y no solo entre la comunidad china, que destaca precisamente porque en su gran mayoría son trabajadores incansables. La Guardia Civil se ha visto en muchos problemas a la hora de acumular información, recibir denuncias, porque la comunidad china sí es cierto que es extremadamente hermética. De hecho, solo cuentan con un par de denuncias. Las víctimas de la Banda del Sol se negaban a denunciar precisamente por el terror que les infundía el grupo. Y, además, según nos contaban los encargados de la investigación, eran delincuentes muy precavidos: apenas hablaban por teléfono, cambiaban las terminales cada dos semanas y cuando iban a cometer un delito importante, como un secuestro, dejaban los teléfonos en casa para que nadie los pudiese ubicar en el lugar de los hechos siguiendo el rastro de sus móviles.
Hace un año, decíamos al principio, fue la operación Emperador; ahora, esta operación Ming. ¿La delincuencia chinaempieza a ser un problema en España. No olvidemos que el grueso de la operación Emperador lo llevó a cabo la Brigada de Crimen Organizado de la Comisaría General de Policía Judicial y que esta última operación la ha llevado a cabo un grupo del Servicio de Información de la Guardia Civil denominado Grupo de Riesgos Emergentes, lo que da una idea de que la delincuencia china empieza a ser vista ya como un nuevo problema de crimen organizado. De hecho, hace poco se creó dentro de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría General de Policía Judicial un grupo dedicado en exclusiva a dos delincuencias emergentes: la china y la india…