En el año 2018 se puso en marcha un ambicioso plan para combatir el narcotráfico en la comarca del Campo de Gibraltar y que el principio de autoridad regresase a la zona. Allí, los señores de la droga estuvieron a punto de ganar un pulso al estado: desembarcos de alijos a plena luz del día, atropellos a agentes, tiroteos y hasta un episodio surrealista, del que nos habla Manu Marlasca en 'Territorio Negro'.
El 6 de febrero se produjo la liberación de Samuel Crespo -hombre de confianza de los Castaña-, detenido en el Zabal por tres reclamaciones judiciales. Lo sacaron doce encapuchados del antiguo hospital de la Línea, cuando lo custodiaban dos policías. Hasta el momento sólo se ha condenado a una persona, su sobrino, a dos años y tres meses de cárcel por un episodio culminante y especialmente grave: arrebatar un detenido que cuatro meses después fue detenido en Jerez.
Los movimientos de los "señores de la droga" en Campo de Gibraltar
Hasta el momento había habido atropellos, escapadas, agresiones a policías cuando intentaban evitar un alijo, perpetrados por generaciones más jóvenes y agresivas, difíciles de manejar por los pocos medios de Policía y Guardia Civil de Algeciras y la Línea.
En julio de 2018, se puso en marcha un plan que, en principio, sólo abarcaba la comarca del Campo de Gibraltar. Se creó entonces OCON Sur, dirigido por la Guardia Civil, y se promulgó un Real Decreto que consideraba las planeadoras material de contrabando y reforzaba las plantillas.
Desde agosto de 2018 a diciembre 2021, se ha gastado en personal de Policía Nacional y Guardia Civil un total de 23 millones de euros y en material más de 18. El Campo de Gibraltar se ha convertido en lo que antes fue Cataluña y Euskadi, primer destino para muchos policías recién salidos de la academia con hambre y con muchas ganas.
Desde entonces se han producido un total de 70.000 detenciones, fruto de más de 9.000 investigaciones que han recaudado más de mil toneladas de droga -de las que un 91% era hachís-. En 2020 el plan se extendió a toda la provincia de Cádiz, Huelva y Málaga; y ahora a Sevilla, Granada y Almería, aunque a veces llegan desde la costa de Alicante o hasta de Cataluña, bordeando todo el mediterráneo y en otras ocasiones llegan desde las costas portuguesas.
El negocio de la droga en el mar
Últimamente, estos "señores de la droga" dejan la narcolancha en alta mar con su tripulante, a la espera de órdenes para ir a recoger hachís a Marruecos y descargarlo en España para regresar, tras el viaje, a alta mar. Los pilotos viven en pequeñas tiendas de campaña, y se alimentan de Red Bull y latas. Cada ocho, diez o quince días llega un relevo con gasolina, víveres y lo que sea necesario hasta que la lancha no da más de sí.
A estas previsiones de gasolina se les llama gomitas, no están prohibidas y son las que aprovisionan a las planeadoras. Son una pieza clave ahora y están dando servicio a muchas organizaciones. Es una de las especialidades que hay ahora: alijadores, coches lanzadera, transportistas, guardeses y pilotos, etc. En total, toda una industria de 300 millones al año en narcoeconomía.
