La crónica de sucesos de Madrid recoge casi a diario incidentes protagonizados por personas muy jóvenes que saldan sus diferencias a golpe de machete o a tiro limpio. Son las bandas juveniles, que se han convertido en una de las principales preocupaciones de las fuerzas de seguridad. Las dos bandas que luchan por el poder en Madrid y en otras grandes ciudades son los Dominican don’t play y los Trinitarios. Hoy, Manu Marlasca nos van a contar cómo la policía está atacando a estas bandas donde más les duele: en su principal vía de financiación, que ya son los ciberdelitos.
El hombre que canta "Hecha y natural" es Aderly Ramírez Oviedo, más conocido como Rochy RD, una estrella dominicana del rap que enloquece, sobre todo, a los Trinitarios, la banda de la que vamos a hablar hoy. Él niega su vinculación con la banda, pero lo cierto es que en sus actuaciones –ha cantado dos veces en España y en una de ellas un joven murió asesinado tras el concierto– los Trinitarios lo jalean como si fuera uno de los suyos.
Los protagonistas del territorio negro de hoy son los Trinitarios
La banda de los Trinitarios nación, como casi todas estas organizaciones, en Estados Unidos. Los Trinitarios se fundaron en 1989 en una conocida cárcel de Nueva York, Rikers Island. Allí, los reclusos dominicanos se agruparon para defenderse de otros internos y cuando fueron abandonando la prisión siguieron unidos y constituidos como banda, primero en unos cuantos barrios de Nueva York y después en otras ciudades norteamericanas. La banda fue creciendo, al calor de la inmigración, y abrió oficinas en Reino Unido, la propia República Dominicana y en España, hasta donde llegaron hace un par de décadas a disputarle la hegemonía a otras bandas como los Latin King o los Blood. Su lema es el mismo que el de su país de origen –Dios, Patria y Libertad–, su color distintivo es el verde lima y sus más acérrimos rivales son los Dominican don’t Play, los DDP.
DDP y Trinitarios son, como dices, dos bandas enemigas que se disputan, sobre todo, la ciudad de Madrid
En 2022, la Policía calculó que solo en Madrid había unos cuatrocientos miembros activos de estos grupos. La mayoría son muy jóvenes, de nacionalidad española y origen dominicano y hay una coincidencia en casi todos ellos: pertenecen a familias en las que los padres están ausentes, bien porque tienen trabajos que los ocupan muchas horas o porque son familias desestructuradas. En ese mismo informe, la Policía calculaba que DDP tenían encuentros violentos dos o tres veces por semana, casi siempre tirando de machetes para pelear por el control del territorio.
A qué edad comienzan estos chicos sus vidas de pandilleros
La captación de los chavales comienza cuando tienen doce o trece años. Cuando un chico baja al parque de alguna de las zonas de Madrid donde actúan estas bandas, ese parque puede estar ya asignado a un coro (grupo o célula) de una banda. Pero ellos no eligen a cualquier chico. Debe ser alguien disponible las veinticuatro horas del día para cualquier encargo que le hagan. A cambio, la banda ofrece acceso a alcohol, a drogas, pertenencia a un grupo, defensa ante cualquier enemigo y acceso a sexo con chicas que se acercan a la banda.
Estos grupos tendrán su forma de financiarse
Exacto. Cada chaval que se quiere integrar en las bandas deben pagar entre tres y diez euros semanales a los responsables del grupo, un dinero que casi nunca tienen y que a principio obtienen robando el dinero a su familia. Estos robos deterioran la convivencia y la mayoría de las veces esto acaba con la salida del hogar familiar de los chicos, que acaban en una casa okupa cometiendo robos, hurtos, atracos y menudeando con drogas para aportar dinero a la banda que los cobija y los da protección.
Esas cuotas no son la única vía de financiación de los grupos
No, claro. Con esas cuotas no se pueden comprar drogas, ni armas de fuego, ni ayudar económicamente a los miembros de las bandas que acaban en prisión, ni pagar abogados… Así que las bandas latinas, al igual que casi todas las organizaciones criminales del mundo, incluso las de más arraigo,como la Camorra o la Yakuza, se han dado cuenta de que hay que invertir su dinero en más hackers y en menos sicarios. Es decir, el cibercrimen es actualmente una de las principales fuentes de financiación de muchos grupos criminales, también de las bandas latinas, como la policía demostró hace casi un año en la Operación Jake-Sport, de la que hablamos aquí.
Qué ocurrió en esa operación
La Brigada de Información de Madrid y la Unidad Central de Ciberdelincuencia desmantelaron la principal vía de financiación de los DDP: un grupo de hackers brasileños subcontratados por la banda generaba muchos beneficios a base de cometer clásicas estafas on line. Por ejemplo, el phishing, que consiste en el envío masivo de correos electrónicas suplantando a entidades bancarias. Un enlace de este correo redirige a la víctima a una página que simula a las reales de las entidades y una vez allí se solicitan claves que se quedan en poder de los delincuentes.
Otro de los métodos es el vishing: aquí los delincuentes intentan engañar a la víctima a través de una llamada telefónica, suplantando a los empleados de una entidad bancaria. También puede ser de una empresa de energía, de gas o de cualquier otra que les sirva como excusa para establecer una comunicación, que les permita robar la información personal o bancaria. Por último y seguramente el más usado en los últimos tiempos, es el smishing, que consiste en el envío de sms o de whatsapp con los que el delincuente intenta hacer creer al usuario que ha hecho una compra fraudulenta para que llame a un número de teléfono. En esa llamada los cibercriminales obtendrán datos bancarios de las víctimas: números de tarjetas, claves...
La operación se repite con distintos protagonistas, porque en este caso son los Trinitrios la organización golpeada
La Policía aprendió mucho de aquella operación y puso el foco sobre la relación entre ciberestafadores y bandas. Y así, casi cuando aún no habían acabado la operación Jaque Sport pusieron en marcha la operación Mate-Verdeón cuando detectaron a unas mulas, el último escalafón del ciberdelito, relacionadas con los Trinitarios. La Policía repitió la misma UTE que en la operación anterior: Brigada de Información de Madrid y Unidad Central de Ciberdelincuencia comenzaron a trabajar y se dieron cuenta de que los Trinitarios tenían su particular forma de financiarse mediante los ciberfraudes, algo más sofisticada que la de los DDP.
Cuál era esta modalidad más sofisticada
El grupo desmantelado ahora practicaba un clásico de los ciberdelitos: los malos enviaban SMS masivos que remitían a un enlace, desde el que se llegaba a una página web que simulaba la de la entidad financiera de la que eran clientes. Esos SMS alertaban de un supuesto problema de seguridad en la cuenta que podrían solucionar a través del enlace fraudulento que le enviaban. De este modo lograban que introdujeran sus credenciales de acceso en la página a la que eran dirigidos, de similar apariencia a la web real de su entidad.
Llegados a este punto, los delincuentes se introducían al portal online de la financiera, al auténtico, con las credenciales de las víctimas y solicitaban préstamos de concesión inmediata, así como vinculaban las tarjetas de los afectados al monedero virtual del que disponen sus teléfonos y las empleaban pasándolas por TPV adquiridos a nombres de empresas ficticias y realizando en ellos falsas compras.
Esta estafa era ejecutada por especialistas
Estas páginas falsas que simulan las de bancos o financieras se llaman paneles y en el mercado negro son muy baratas: cuestan 150 euros. Por el mismo precio o poco más se consigue un listado de mil teléfonos de clientes de una entidad y enviar cada SMS sale por entre tres y cinco céntimos. Así que el fraude es absolutamente rentable en el momento en el que piquen unos pocos en el engaño. Los paneles eran obra de hackers profesionales, que se lo vendía al encargado de adquirir las herramientas informáticas para los Trinitarios, un tipo apodado Hacker Miguel, bastante despierto, porque inflaba los precios: lo que le costaba 150 euros lo revendía a 500 o 600 euros.
¿Cuánto dinero y a cuántas personas se calcula que estafaron mediante este sistema?
La investigación ha determinado que los Trinitarios se llevaron cerca de 700.000 euros estafados a un centenar de personas. El dinero lo movían a toda velocidad, según esas pesquisas. Una vez tenían las tarjetas de los clientes de esa entidad vinculadas en sus teléfonos, acudían a diversos centros donde compraban cupones de criptodivisas. En una tarde podían comprar cupones por valor de 2.000 o 3.000 euros. Y esa criptomoneda se canjeaba por euros en la cartera virtual de alguno de los dirigentes trinitaritos que controlaba la caja común de la banda.
Para qué empleaban ese dinero estafado
Para hacer frente a los gastos habituales del grupo: compra de drogas, financiación de reuniones y fiestas de la banda, compra de armas, pago de abogados, envío de dinero a pandilleros en prisión o compras de teléfonos u otras cosas que necesitasen los presos de la banda. Por ejemplo, durante la investigación, la Policía comprobó que uno de los miembros de la banda había adquirido un arma de fuego que no se encontró en los registros, aunque sí su munición: treinta cartuchos del calibre 22.
Pero este grupo de Trinitarios se ha revelado como bastante emprendedor: parte del dinero que ganaban lo enviaban en efectivo a República Dominicana, donde estaban comprando terrenos y viviendas. Otra parte de los beneficios se enviaba a Suiza, donde la novia de uno de los responsables del grupo se encargaba de meter el dinero en cuentas a nombre de su madre y de su tía.
En la operación hubo un total de cuarenta detenidos. ¿Hubo entre ellos piezas de caza mayor, dirigentes de la banda?
La Policía está muy satisfecha con esta operación, porque además de volver a demostrar que los ciberdelitos son la principal vía de financiación de las bandas, han caído quince miembros acreditados de los Trinitarios, entre ellos el Suprema –es decir, el jefe máximo– del coro de Orcasitas, Jeremy, y un guerrero, Jan Félix, el encargado del organizar los ataques contra las bandas rivales. La novia de éste era la encargada de blanquear el dinero en Suiza. Estos dos dirigentes eran los que manejaban esa caja común y a los que entregaban el dinero todas las mulas por las que empezó esta operación.
Es decir, que como tantas otras veces, la Policía ha hecho un buen trabajo para desmantelar esta red desde el escalón más bajo hasta los dirigentes.
Así es, porque la primera señal de alarma llegó cuando la policía empezó a recibir denuncias de los clientes estafados de la entidad financiera y se dieron cuenta de que el dinero terminaba en manos de personas que lo sacaban de cajeros. Algunas de esas personas, de esas mulas, fueron identificadas gracias a las cámaras de los cajeros y tenían antecedentes por pertenecer a los Trinitarios. De hecho, aunque los dirigentes del grupo pertenecen, como hemos dicho, al coro de Orcasitas, entre sus colaboradores hay pandilleros de otros coros, como el de Almendrales, Alcorcón o Vallecas.
¿Tan vulnerables son las entidades bancarias?
En los trece registros practicados en la operación se hallaron 5.000 euros en metálico, ganzúas, literatura trinitaria… pero lo más preocupante es que había 53 tarjetas de crédito a nombre de los clientes estafados y, ojo, un listado de 300.000 clientes de la misma entidad con sus credenciales de acceso, lo que habla de un agujero de seguridad muy importante. De hecho, esta entidad no tenía un sistema de doble verificación para pedir un préstamo o para hacer cargos en la tarjeta, así que bastaba con que alguien tuviese las credenciales para comenzar a estafar. Esperemos que la operación haya servido también para que esa entidad, dedicada sobre todo a la concesión de créditos exprés al consumo, mejore la seguridad de sus clientes.
Y acabamos como hemos empezado. Con ese Rochy RD, el rapero al que los Trinitarios idolatran. Y no queremos acabar sin una advertencia que comparten todos los profesionales que se dedican a luchar contra estas bandas: si hace un año se hablaba de dos o tres machetadas por semana, las cosas han empeorado porque ahora es raro el día en el que no hay un incidente protagonizado por estos grupos, así que habrá que tomar más medidas contra un problema que no deja de crecer.