Alrededor de los relojes hay un enorme negocio. Cada día de verano se están denunciando cuatro robos de relojes de lujo en España. Sobre todo, en Barcelona, Madrid, Marbella, Ibiza y Palma de Mallorca.
Es un negocio formidable al que han entrado multinacionales del crimen. Según datos de la UDEV Central de la Policía Nacional, el grupo de élite que está luchando contra esta plaga de forma digamos más estructurada y ambiciosa, el 75% de los robos de relojes de lujo son obra de ciudadanos italianos, concretamente de la zona de Nápoles. La Policía tiene a más de 250 delincuentes napolitanos que han pasado por España para robar relojes.
La Policía está contando con la colaboración de la Guardia di Finanza italiana. Ya hay pruebas sobradas de que muchos ladrones napolitanos que roban relojes en España están vinculados con la Camorra, el grupo mafioso de Nápoles, tan bien retratado por Roberto Saviano. Esos ladrones forman parte de los escalones más bajos de la Camorra y participan también en operaciones de drogas y blanqueo de dinero.
Vienen con pasaportes falsos italianos y trabajan en células de cuatro o cinco personas. Utilizan casi siempre motocicletas alquiladas en zonas turísticas. No solo vienen a España a hacer la campaña, también van, por ejemplo, a la isla de Mikonos, en Grecia, para hacer lo mismo; o, durante el invierno, a zonas lujosas de Austria, Suiza, estaciones de esquí, para robar allí antes y después de Navidades.
Los que cometen los robos de relojes, cuando son napolitanos, son dos hombres que van en moto. Uno queda esperando cerca con la scooter en marcha. El otro se baja cuando ve a la víctima, le hace un giro rápido en la muñeca, le quita el reloj de lujo y se va. Es asombroso lo rápido que quitan un reloj, unos pocos segundos. Antes usaban pistolas, ahora los napolitanos son más profesionales y no suelen llevar armas. Cuando salen en moto con el reloj robado, se cruzan con un coche que les espera cerca con las ventanillas bajadas. Desde la moto, tiran el reloj por la ventanilla y siguen su camino, ya limpios. Son muy profesionales y son los que roban los mejores relojes. Para ellos, robar un reloj de menos de 20.000 euros es un fracaso. Lo habitual es que consigan orologios o piezas de 120.000 o 130.000 euros cada una, aunque estos grupos han robado en España relojes valorados en 400 mil euros.
¿Cómo eligen a las víctimas?
Para elegir a quién robar entran las mujeres, también napolitanas en su mayoría, lo que llaman las ojeadoras. Son señoras muy elegantes que pasean y hacen compras por centros comerciales y tiendas muy lujosas de Barcelona, de Marbella, de Palma de Mallorca. Agotadas por las compras, van a tomarse algo a una terraza de un hotel de cinco estrellas o a un restaurante caro, donde eligen al hombre que van a atracar sus socios. Eligen su reloj.
Tienen instrucciones claras. Solo hay que robar tres marcas de relojes: Rolex, Patek Phillippe, Audemars Piaget. Estas mujeres suelen cometer muy pocos errores. Cuando tienen el objetivo elegido y cerca avisan a los ladrones de la moto.
¿Dónde acaban esos relojes?
Otro ciudadano napolitano los suele llevar a su tierra a veces el mismo día del robo, generalmente en avión. Algunos han sido detenidos aquí en España o a su llegada a Nápoles llevando el reloj robado en su muñeca, quizás el mejor lugar para pasar desapercibido. Relojes robados en España han aparecido en Israel, Suiza y en Dubai.
Es un mundo muy complejo donde las víctimas a veces no denuncian, porque tienen un seguro del reloj que van a cobrar y además las compañías de seguros tienen sus propios grupos de detectives que se encargan de buscarlos por todo el mundo.
La policía ha detectado que algunos de estos ladrones de relojes se han instalado en España, sobre todo en Mallorca y Cataluña, y están entrando ya en operaciones de droga. Se utilizarían los relojes robados como aval o primer pago de esas operaciones, una especie de garantía. Los relojes son una forma muy limpia de pago de anticipo.
No solo es la Camorra
El segundo grupo más importante lo forman delincuentes franceses, casi todos de origen argelino, aunque la policía tiene también fichados marroquíes y tunecinos. Estos tienen menos organización, menos planificación, eligen menos digamos. Simplemente siguen a alguien con pinta de turista o de tener dinero, van tras él y le asaltan, a veces le siguen incluso hasta su casa o su urbanización. Pero también por eso son más peligrosos y violentos.
Roban relojes medios, no tan caros, valorados por ejemplo en 15.000 ó 20.000 euros. Suelen ir en motos de gran cilindrada o en coches y llevan armas largas, son muy violentos y peligrosos. Está habiendo casos, por ejemplo, cerca de la estación de tren de Chamartín.
También hay ladrones españoles de relojes, pero son de menor nivel. No están especializados, son oportunistas, es decir, si ven a alguien con un buen reloj pueden ir a por él, o si van a hacer un atraco o robar coches. Son menos profesionales, aunque también hacen daño.
El "abrazo cariñoso"
Estos grupos son los que podrían robarnos el reloj a cualquiera de nosotros. Roban relojes normales, discretos. Estos suelen ser grupos mixtos en los que las ladronas son mujeres, casi siempre originarias de Rumanía. Suelen elegir como objetivos hombres mayores, ancianos, que suelan pasear solos por parques o calles españolas.
Seguro que muchos habrán visto escenas de mujeres hablando con un abuelo. Cuando ven que el abuelo tiene un reloj más o menos bueno, cada vez son más simpáticas con él, le tocan, le dan besos, le abrazan y se van. Muy cerca las están esperando en un coche.
El abuelo no suele enterarse, se queda distraído, pensando en la muchacha tan maja. Estos grupos de ladronas cariñosas ya son los segundos en número de robos.