Territorio Negro: Rodríguez Menéndez. El regreso del rey de las cloacas
Hablamos de uno de los personajes de los territorios más negros de nuestro país desde hace más de treinta años. El abogado Rodríguez Menéndez, defensor de policías corruptos, pareja ocasional de algunas famosas de platós de televisión, ha vuelto a España.
Luis Rendueles y Manu Marlasca
Madrid | 17.03.2014 19:19
Delincuente condenado a un total de 12 años de prisión, se fugó en el verano de 2008 a Argentina, desde donde concedió esta entrevista el pasado mes de enero. La revista Interviú le cazó hace unos días cuando salía de cenar tranquilamente en Casa Lucio, uno de los restaurantes más conocidos de Madrid. En el territorio negro de hoy contaremos este último capítulo y muchos más de la vida del rey de las cloacas.
Casi nadie lo sabe, al menos hasta ahora. Rodríguez Menéndez tiene dos condenas firmes, del Tribunal Supremo, es decir ya no puede recurrirlas. Le cayeron dos años de cárcel por participar en aquel vídeo sexual del que era director de El Mundo, Pedro J Ramírez, y diez más por delitos continuados contra Hacienda, por no pagar impuestos, vamos.
Se fugó a Argentina en el verano de 2008. Desde entonces, la policía y el gobierno español han intentado lograr su extradición. Finalmente, en diciembre pasado, España perdió esa batalla legal y Argentina rechazó entregarlo. Lo que ha sucedido aquí es, como casi todo lo que rodea a Rodríguez Menéndez, misterioso. Nos contaba un investigador que los jueces han ido dando orden de cesar las órdenes de busca y captura que había contra él a lo largo de estos meses. De forma que don Emilio supo desde Argentina que ya no tiene nada pendiente.
¿Y cómo es posible eso?, ¿se ha vuelto a aprovechar este hombre de sus conexiones con lo que algunos llaman las cloacas del estado y la justicia?Parece que sí. Una persona a la que consultamos la pasada semana nos dijo que a ver si ahora, contando esto, a alguien se le cae la cara de vergüenza, algún juez vuelve a dictar orden de busca y captura contra él y pueden detenerlo. Las condenas son del año 2006, cuando fue detenido, precisamente tras otra fuga, y pasó un tiempo en prisión. Nos explicaban que la policía y la justicia española han seguido trabajando y peleando en el caso casi hasta el mes pasado y que, por tanto, es imposible que haya prescrito nada.
Vamos a recordar las dos condenas que tiene pendiente este personaje. La primera fue por participar en la difusión de aquel vídeo sexual de Pedro J. Ramírez. Don Emilio se ha reconocido arrepentido de la que asegura fue su “mínima participación” en el vídeo de Pedro J con una mujer de raza negra. La sentencia consideró probado que varias personas, entre ellas el que fuera gobernador de Guipúzcoa, Goñi Tirapu, el ex asesor de La Moncloa, Ángel Patón, y el propio Rodríguez Menéndez participaron en la grabación o difusión del vídeo para destruir la imagen del periodista de El Mundo. Él ha pedido perdón a Pedro J e insiste en que los cerebros de aquello fueron altos cargos del Ministerio del Interior en la etapa socialista, desde Rafael Vera, que fue absuelto, hasta incluso Rubalcaba. Le cayeron dos años de prisión.
Los otros diez años de cárcel que tiene pendientes de cumplir fueron por un calentón suyo, su verborrea, como él dice. Su tercera esposa, Laura Fernández, estaba acusada de encargar a un amigo que lo matara, él había sobrevivido de milagro a ese tiroteo, una emboscada a la entrada de su casa, el 17 de junio del 99. En el juicio, Rodríguez Menéndez quiso ayudar a condenar a su ex. Y reveló que tenía un patrimonio de 8.000 millones de pesetas y que cuatro meses después de su boda, que se celebró en noviembre del 98, había hecho testamento a favor de Laura. “Lógicamente no está nada a mi nombre, tengo cuentas en Estados Unidos, en Suiza”, le dijo al tribunal, que se quedó atónito. Años antes, Rodríguez Menéndez se había declarado insolvente en otro juicio.
La esposa fue condenada a 12 años de prisión, que, ella sí, cumplió religiosamente. Pero Hacienda empezó entonces a investigar a Rodríguez Menéndez. El Tribunal Supremo acabó aumentando su condena a esos 10 años de prisión por delitos continuados a Hacienda. Entre los años 90 y 94 habría dejado de pagar casi dos millones de euros en impuestos.
Las investigaciones revelaron que don Emilio tenía, repito, hablamos de 2001, casas o apartamentos en México DF, en Acapulco, en Coral Gables, Miami, La Manga del Mar Menor y la sierra de Madrid y una finca en Salamanca. Además de cuentas corrientes en Suiza y Estados Unidos. Su tercera esposa, Laura, que era mucho más joven y mucho más atractiva que él, supo de todo esto y trató de sacar tajada.
Y fue cuando trazó ese plan para matar a Rodríguez Menéndez prometiendo a un joven delincuente esa oferta casi digna de un Padrino a la madrileña. Laura le prometió a José Ignacio Rocha, 50 millones, un reloj cartier y un polvo si conseguía matar a su marido. Si todo iba bien, ella se quedaría con los 8.450 millones restantes. No era un mal plan. Y no fue la primera vez que alguien relacionado con una de sus parejas quiso matar al abogado. Muchos años atrás, el hermano de su segunda mujer, una chilena llamada Viviana, apuñaló a Rodríguez Menéndez por un asunto de unas deudas no resueltas.
La primera noticia de la vinculación de Rodríguez Menéndez con policías corruptos es muy antigua. El 12 de noviembre de 1983 desaparecía en los calabozos de la antigua Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, un delincuente llamado Santiago Corella, alias El Nani, que atracaba joyerías y luego entregaba parte del botín a lo que se conoció entonces como mafia policial. Nunca se ha encontrado su cadáver, pero tres policías fueron condenados por su desaparición, además de por torturas. Rodríguez Menéndez defendió a dos de esos policías, y desde entonces cogió cartel entre policías implicados en asuntos sucios y en algunas alcantarillas del ministerio del Interior.
En aquellos años ochenta surgen los GAL y también se producen escándalos como el caso de los fondos reservados. Y Rodríguez Menéndez aparece de nuevo allí como abogado. Nunca defendió a los políticos implicados, como el ex ministro José Barrionuevo o Rafael Vera, condenados los dos por el secuestro de Segundo Marey, ni tampoco al general Rodríguez Galindo. Su papel era participar en esos procesos y evitar males mayores. Defendía a los acusados de ser ejecutores, como por ejemplo Juan José Rodríguez, alias El Francés, acusado y luego absuelto por el asesinato del dirigente de Herri Batasuna Santiago Brouard, cometido en Bilbao en 1984.
A veces su participación era algo surrealista. Se personaba en el caso de los fondos reservados del Ministerio del Interior como acusación particular, es decir, defendiendo que había delito en el uso privado de esos fondos y acababa pidiendo la absolución de los altos cargos. El caso es que con esos servicios prestados a las cloacas del Estado, fue ganando presencia y obteniendo mucha información sobre los aspectos más oscuros de los gobiernos de Felipe González. En una cena de homenaje al ex ministro José Barrionuevo hubo muchas personas extrañadas y hasta enfadadas por verle sentado en la mesa principal junto a Barrionuevo, Corcuera, Vera y algunos abogados.
Y paralelamente, empieza a cultivar su gusto por la fama, por las cámaras.Lleva casos de delincuentes muy mediáticos. Algunos se fugan a Sudamérica y luego regresan con él a España. Vamos a contar los dos que los oyentes más viejunos recordarán. Dionisio Rodríguez Martín, el mítico Dioni, vigilante jurado que en noviembre de 1989 se llevó el dinero de uno de los furgones y huyó a Brasil, donde acabó siendo detenido y extraditado a España. Y la dulce Neus, Neus Soldevila, que indujo a su hija pequeña, entonces de 14 años, a matar a su marido, Tomás Busquets, echarle la culpa a terroristas del Grapo y luego huyó a Colombia y Ecuador. Fue detenida por vender joyas falsas y trasladada a España. La condenaron a 28 años y ya está en libertad.
En los años noventa, y antes de casarse con Laura, esa joven que ordenó matarlo, este Rodríguez Menéndez abandona las alcantarillas del Estado y entra en otras también procelosas, las de la televisión del corazón. Él siempre se ha definido como adicto a las mujeres y también le gustaban las cámaras. Tuvo varias relaciones fugaces con personajes del mundo rosa de la tele. Que haya constancia, con Mila Ximénez, con Nuria Bermúdez, con Sonia Moldes, aquella ex novia del Conde Lecquio, y con Malena Gracia, entre otras. También en esos años se convirtió en propietario de medios de comunicación. Se hizo con el histórico diario Ya –cuya cabecera utilizó en el tema del vídeo de Pedro J– y en el año 2000 fundó una revista llamada Dígame donde hacía reportajes terribles contra sus enemigos de la política y el famoseo.
Y este tipo, que se considera un perseguido, también intentó entrar en política. Lo hizo por dos veces. Se presentó en 1995 como candidato a la alcaldía de Las Rozas, en Madrid, donde tenía su chalet. Aquello fue un fracaso a pesar de estar apadrinado por algunos famosetes, pero en 2003 don Emilio y su Partido Socialista de la Justicia volvieron a intentarlo en lugares tan sensibles para la seguridad del Estado y el dinero negro como Marbella, La Línea de la Concepción y Melilla, donde colocó de candidata a la bailarina Vanesa Gabiño. Rodríguez Menéndez siempre se ha comparado con Jesús Gil y se considera un perseguido.
Pero en el siglo XXI parecía que este personaje estaba ya en cierta decadencia. La condena por el vídeo de Pedro J provocó su primera fuga de la justicia. Antes, en mayo de 2005, se había casado con su cuarta y actual esposa, una fisioterapeuta madrileña llamada Vanessa Palomar. Pues bien, don Emilio se escondió en Buenos Aires, pero su madre enfermó y regresó por la frontera portuguesa. Fue detenido en la provincia de Salamanca y en mayo de 2006 ingresó en la cárcel coruñesa de Texeiro. Allí empezó a cumplir sus condenas (entonces eran de ocho años en total, luego subirían a doce años de cárcel). Hasta que en verano de 2008, don Emilio consigue sorprendentemente un permiso de fin de semana para pasar cuatro días fuera de la cárcel.
Un juez le da un permiso a un tipo que se había ya fugado una vez a Argentina. Y se lo dio contra el criterio y los informes de la prisión. El caso es que Rodríguez Menéndez no perdió el tiempo. En los cuatro días que tenía antes de volver a la cárcel, acudió a la oficina de la calle Santa Engracia donde se renuevan los pasaportes junto a su mujer y su chófer y guardaespaldas eterno, Daniel. Allí les esperaba Ana Alonso, una funcionaria que estaba de baja y que le ayudó a renovar pasaportes y conseguir papeles a pesar de ser un preso de permiso.
Con los papeles en regla, don Emilio y su mujer partieron rumbo a Francia y luego a Paraguay. Acabaron de nuevo en Buenos Aires, donde la policía española los localizó y detuvo al abogado poco después, en octubre de 2010, al salir de un piso en el barrio de Palermo.
Las alcantarillas están llenas de pasillos, de recovecos. La funcionaria, Ana Alonso, es la esposa de un policía apellidado Bueno. Y este policía es hijo de Rafael Bueno, conocido falsificador de pasaportes de la banda conocida en los años ochenta como Los Plumas, al que Rodríguez Menéndez defendió como abogado en algunos de sus tropiezos con la justicia. Rafael Bueno hizo en su día pasaportes falsos para Javier Anastasio, implicado en los asesinatos de los marqueses de Urquijo y todavía en paradero desconocido, para el ultraderechista y asesino Emilio Hellín, fugado tras matar a la joven Yolanda González, y para la dulce Neus, una de las clientes de Rodríguez Menéndez.
El abogado había contratado a la mujer del hijo de su amigo El Pluma como secretaria, también la convirtió en grafóloga para estudiar la letra de los famosos como María del Monte, en esa revista Dígame, y ella estaba de baja en su trabajo como funcionaria. Así que no fue difícil para don Emilio convencerla.
Y desde entonces es un prófugo de la justicia española, que no ha conseguido que Argentina lo entregue.Argentina resolvió en diciembre pasado que no iba a conceder su extradición a España. A nosotros nos consta que hay policías honrados que siguen trabajando para ponerle los grilletes, pero ese afán no es compartido por otras esferas. Desde Argentina, don Emilio fue protagonizando algunas intervenciones en programas del corazón como La Noria o Sálvame, a finales de 2010, como la que hemos oído antes. Un juez ordenó embargar los dos talones por valor de 120.000 euros que la productora pagó al prófugo, por cierto.
¿Y qué va a ocurrir ahora? Don Emilio tiene muchos argumentos para convencer a mucha gente. El último en Argentina, el que fuera héroe de la democracia y azote de los militares asesinos, el fiscal Julio César Strassera, fue quien defendió que no le extraditaran a España. Rodríguez Menéndez dice que ha cambiado y que está más tranquilo. Sigue feliz con su cuarta esposa, con la que tiene un niño de unos dos años, quizás el motivo por el que haya querido regresar. Seguro que vuelve a sorprendernos.