Ángel López nos habla desde Sevilla, es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Él es médico rural desde hace 35 años un pueblo andaluz de 3.000 habitantes, Cañada Rosal.
Tiene su propio consultorio, pero también se desplaza a las casas de los pacientes en bicicleta en la que le cabe el maletín, todo el pueblo le conoce por Don Ángel y él conoce los nombres de todos los vecinos.
Acaba de publicar su libro 'El paciente de la sierra mecánica: Y otras historia de humor y esperanza de un médico de pueblo' en el que cuenta historias enmascaradas sucedidas a lo largo de su trayectoria profesional. Entre ellas destacan las del paciente de la sierra mecánica que entró en la consulta con miedo a que se la robarán en la calle, la de la pelusa en el ombligo de una mujer a la que mandaron a operar pero que el doctor solventó al quitarle esta gran pelusa con pinzas; la historia de la verruga que resultó ser una garrapata momificada o el desatascador nasal de Curro por el que una goma atascada no le dejaba respirar y por último, la familia que creía que su hija pequeña estaba "endemoniada" pero que realmente sufría un trastorno conversivo tras una ruptura amorosa.
Habla de su pasión y de su tristeza por la qué los recién licenciados no escogen la especialidad de medicina de familia. Cuenta que para ello se necesita vocación y que son "médicos totales" con un trabajo del día a día, entiende que para que esto sea posible tienen que darse unas condiciones donde los jóvenes puedan desarrollar sus proyectos de vida. Él cuenta que es más feliz allí y que se entrega a sus pacientes tal y como ellos se "desnudan" en la consulta, da su número personal y pone a disposición todas sus redes sociales para atenderlos en cualquier momento.