Los trabajadores se sienten amenazados por los clientes

El Gabinete: ¿Qué consecuencias tiene trabajar en un banco?

Nos preguntamos si, no siendo culpables, tienen responsabilidad moral; también si estos trabajadores pueden alegar ‘obediencia debida’ como excusa. Todo esto con Antón Reixa, Javier Sádaba y el General Monzón.

ondacero.es

madrid | 01.06.2012 18:58

Ventanilla banco
Ventanilla banco | agencia

En el Gabinete hablamos de la situación que están viviendo los trabajadores de los bancos que se están viendo amenazados e insultados por clientes de las entidades bancarias. Han lanzado la campaña ‘Me declaro inocente’ haciendo ver que ellos no son los responsables de la crisis, sino que ellos también la están viviendo. Algunas de las cosas que han ocurrido son persecuciones callejeras, amenazas, insultos, agresiones… todo esto hace que la situación para los trabajadores sea muy complicada. Un empleado de este sector, Miguel Campos, cree que los trabajadores sí que tienen parte de la responsabilidad ya que quieren ser los que más venden sin importarles la situación de los clientes; por esto Miguel decidió dejar el negocio.

El General Monzón cree que los trabajadores sí que tienen responsabilidad moral porque sabían lo que estaban ‘colocando’ a la gente, pero afirma que no tienen culpabilidad, ya que no dependía de ellos y cumplían órdenes. Bajo su punto de vista los trabajadores deberían de haberse rebelado, a nivel bajo como en las sucursales, ya que sabían lo que pasaba. Cree que es lógico que la gente les culpe a ellos directamente, ya que es a ellos a los que ve y no a los verdaderos responsables.

Javier Sádaba cree que no tienen que recibir ‘la torta’ los trabajadores ya que ellos no tienen las responsabilidades de lo ocurrido. Le parece muy peligroso el concepto de obediencia debida, algo que no pueden alegar los trabajadores de los bancos; cree que la responsabilidad mayor recae en los políticos y banqueros y que deberían de dar cuentas a los ciudadanos.

Antón Reixa coincide con los otros dos tertulianos acerca de que los trabajadores no pueden alegar obediencia debida; comenta que ciertos trabajadores de sucursales sabían cuál era la situación económica de los clientes y, aun así, les vendieron participaciones preferentes, por ejemplo.

El General Monzón cree que los trabajadores tienen que afrontar su responsabilidad moral personal. Sádaba repasa el caso de las preferentes, ya que es algo que se vendió en mayor medida a las personas mayores que no sabían de qué se trataba; respecto a la responsabilidad moral afirma que comprende que sea difícil para un trabajador dar la cara, ya que su situación también es complicada. El General Monzón discrepa en este punto, ya que opina que algunos trabajadores sabían la situación económica de sus clientes.