El Gabinete lo abre Goyo Benítez explicando lo sucedido con Esperanza Aguirre y las consecuencias de sus palabras. El contexto de la polémica empezó con un llamamiento de una plataforma donde se pedía a los aficionados que pitasen el día de la Final de la Copa del Rey, algo que ya ha sucedido en otras ocasiones. En declaraciones en Herrera en la Onda Esperanza Aguirre afirmó que el partido debería de suspenderse y jugarse a puerta cerrada, todo ello para evitar el ultraje al himno y a la bandera española.
Las críticas por parte de los políticos no han tardado en llegar, por parte de Rosa Díez o Rafael Simancas. También el Gobierno Vasco ha calificado las palabras de Esperanza Aguirre de intolerables. Esta mañana Esperanza Aguirre se ha ratificado en sus palabras.
El mismo día de la Final, tendrá lugar una manifestación de la Falange por las calles de Madrid; una resolución que ha permitido el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Desde las fuerzas de seguridad se ha llamado a la tranquilidad para que los aficionados acudan a la ciudad sin temor.
Xavier Sardá cree que las palabras de Aguirre son para esconder la realidad y que es ‘muy lista’. Afirma que ‘ni ella se cree que se deba suspender el partido si se escuchan pitidos, esto se trata de contentar a los suyos’. Dice que se siente muy incómodo con la gente que hace una pitada a la bandera, ya que cree que se tiene que tener respeto, no patriotismo.
Antonio Naranjo cree que el tema de los nacionalismos siempre han existido y se debe de convivir con respeto hacia ellos, ‘siempre se deben de mantener las formas’. La pega a todo este asunto es que la gente que apoya a Esperanza ‘mantenga la cordura’, ya que no se debe penalizar a los aficionados.
Pilar Rahola afirma que Aguirre no es un político cualquiera, sino una líder, por lo que cree que ella sabía perfectamente las consecuencias que iban a tener sus palabras. Le llama la atención que Esperanza no se ponga nerviosa por una manifestación de falangistas y sí por una afición que, a través de silbidos, expresa su malestar. Antonio Naranjo no está totalmente de acuerdo con Pilar, ya que afirma que hay leyes que, con independencia de los colores, protegen a todos y no son una cacicada; como ha dicho Pilar.
Rahola cuenta que Aguirre se define como liberal, pero fue ella misma la que estuvo de acuerdo en su momento con silbar a Zapatero; por lo que no entiende que si es liberal haga y diga estas cosas. Sardá pregunta, qué se pita cuando se pita, ya que hay gente de distinta opción política.