El plátano de Canarias es un producto que cuenta con las mejores propiedades nutricionales. Además, ahora vive un momento especialmente dulce para los consumidores, aunque no tanto para los productores.
Las consecuencias del volcán de La Palma fueron desastrosas para el plátano, ya que trajo consigo una caída imponente en la producción, lo que supuso que por primera vez, las importaciones de banana americana y africana, igualaran el consumo de Plátano de Canarias en los hogares.
No obstante, esta fruta se ha recuperado, siendo el único producto fresco de frutas y hortalizas que no ha subido por la inflación. Sin embargo, esta ventaja para los consumidores y distribuidores no está repercutiendo en los productores y en los agricultores. Así lo confirma el gerente de ASPROCAN, Sergio Cáceres: "Actualmente, podemos encontrar un diferencial de más del 200% entre los precios que están recibiendo las organizaciones de productores con la exportación de plátano de Canarias en la Península, a los precios de venta al consumidor".
La banana: una marca blanca
El problema se agrava con la presencia de la banana, que teniendo menos calidad y siendo menos ecológica, no cumple con los estándares europeos que se le exige a los productores canarios: "Se aplican unos márgenes de beneficio y de coste muy superiores al plátano de Canarias, mientras los productos importados, competidores directos, se ofrecen con márgenes muy reducidos. Es una práctica que entendemos que favorece el consumo y la rotación de la banana, que actúa como una marca blanca de la distribución, y que penaliza nuestro producto nacional", añade Cáceres.
Es por ello que los agricultores piden una negociación con sus clientes y con las grandes superficies, porque están trabajando, en muchos casos, sin esos márgenes de beneficio imprescindibles: "El consumidor debe de saber que cuando está pagando dos euros por un kilo de plátano, el precio medio del agricultor puede estar entre los 40 céntimos", alerta otro agricultor.