CON ANA COMELLAS

Así funciona esto: La actualidad económica

Ana Comellas da las claves la actualidad económica en La Brújula.

ondacero.es

Madrid | 01.07.2022 22:10

Así funciona esto: La actualidad económica

Desde septiembre hemos ido explicando conceptos que estaban de actualidad: precio de la electricidad, inflación, crisis de materias primas, tipos de interés, deuda pública… Y yo tenía la sensación de que tenía que contarlo esa semana, porque si no, se pasaba de moda.

Hoy hacemos un repaso por todos esos conceptos y relacionamos unos con otros. Empezaremos por la crisis de materias primas. Se para el mundo durante casi dos años de pandemia y, cuando decimos aquello de “¿dónde estábamos?”, resulta que no podemos hacer como si nada hubiese pasado. Faltan componentes para los chips, resulta que el litio no es infinito y que las fábricas no se ponen en marcha sólo dándole al botón de ON. Total, que la demanda es superior a la oferta, y cuando hay más gente que quiere plátanos, que plátanos para vender, sube el precio del plátano. Hasta ahí, pase que pase. Puedo vivir comiendo manzanas.

Pero resulta que los combustibles, como el petróleo o el gas, también son materias primas. Las consumen los coches, los barcos que transportan mercancías de una punta a otra del mundo, los tractores… y algunas de las centrales de generación eléctrica. Como el precio de la electricidad depende de la cantidad de electricidad que necesita cada día el país, cuando esa demanda no se cubre con energías renovables, más baratas, hay que tirar de energías no renovables, de las que generan electricidad utilizando gas, por ejemplo. Y si sube el precio del gas, sube el precio de la electricidad.

Pues la electricidad ya no es algo que utilicen sólo algunos sectores, sino que es algo que necesita toda la economía, desde consumidores a productores. Así que, por un lado, las familias ven que sube el precio de la luz, el precio del gas y la gasolina y, además, el precio de algunos bienes. No sólo lo notan sus bolsillos, sino que el Instituto Nacional de Estadística tiene la amabilidad de publicar un indicador que se llama IPC y que lleva subiendo varios meses.

Al principio parecía que esto era algo “coyuntural y no estructural”, que decían los analistas. Es decir, que había un desajuste por las condiciones concretas de salida de la pandemia, pero que en nada nos ajustábamos y volvíamos a 2019.

Pero no, porque resulta que a un tal Putin le da por invadir Ucrania. Desde Europa, EEUU y otros países, no nos quedamos de brazos cruzado e iniciamos un ataque económico a Rusia: las famosas sanciones. Y con ellas empezamos a enterarnos de todo el gas que exporta Rusia, de todos los cereales que se cultivan en Ucrania, de todo el níquel, aluminio y litio que sale de las fronteras rusas a las fábricas de todo el mundo… Y esto no hace más que agravar la crisis de materias primas y de combustibles. Y no sólo de los países que compran cereales, minerales, petróleo o gas a Rusia, sino de TODOS los países, porque en el mercado hay menos petróleo, menos cereales, menos gas...

Nadie es inmune a la inflación… porque sí, ya desde hace un tiempo tenemos que hablar de inflación, con la definición de libro, la de subida generalizada de precios en la economía. ¿Y cómo se arregla? Malamente, como en la canción… Porque volvemos a la oferta y la demanda, en esta ocasión, del dinero.

Necesitamos que suba el precio del dinero, para que baje el precio de las cosas, para que baje la inflación. El tipo, en primera instancia, lo marca el Banco Central Europeo. Si el dinero es muy caro, hay menos demanda, y si menos gente quiere plátanos…

La pega es que algunos productores que ven que la gente no compra y que tienen unos costes muy altos, tienen que salir del mercado, echar la persiana. Con lo que eso implica para el empleo, el crecimiento, las cotizaciones a la Seguridad Social y la recaudación de impuestos. Y la empresa que no cierre, no va a plantearse invertir en un nuevo sistema de riego, porque le va a salir carísimo endeudarse, nuevamente haciendo un flaco favor al crecimiento, al empleo, a las cotizaciones…

Pero nos queda otro que también compra dinero y se endeuda: el Estado. Vuelve la prima de riesgo a escena. Si los tipos de interés suben para todos, también para la deuda de todos, la deuda pública. Y todo esto, sin que hayan subido aún los salarios… que es un auténtico perjuicio para las familias y su poder adquisitivo, pero que evita que se encarezca, aún más, el coste de los productos…