Muchos de los principios financieros, nacen en los hogares, normalmente con una mujer como CEO. Sin saber lo que es una previsión de tesorería, a un ama de casa no se le suele quedar la caja en negativo, porque ya ha hecho ella provisiones en un sobrecito “por si acaso”.
Para una abuela o una madre, la cuenta de resultados tampoco tenía secretos, aunque no supiesen que los jornales que entraban en casa eran activos, las cuentas que tenían con el pescadero y la farmacia, pasivos, y ellas eran el mayor capital que había en esa casa. Y de inversión, las que más saben: el “compra caro, niña, que somos pobres”, lo inventó una abuela, porque las cosas tenían que durar y “rentar”.
La economía circular, la inventó otra abuela. La mía tenía una colección de bolsas de plástico de todos los tamaños y para todas las necesidades. Y en mi casa siempre había trozos grandes de papel de regalo sin dobleces ni celo, por si había que hacer un regalo más pequeño.
Las mujeres en el mundo sólo están sobre-representadas en un sector: el de la economía informal. Y no me refiero sólo a las tareas domésticas, la crianza de los hijos o el cuidado de personas mayores, que también, sino también a otras tareas de trabajo familiar no remunerado, como las agrarias. No nos queda tan lejos en nuestro país la participación de las mujeres de la familia en las cosechas o en la matanza del cerdo, pero es que en países en vías de desarrollo es una realidad que imposibilita a las mujeres a acceder a la educación y a trabajos remunerados.
En el resto de sectores sigue habiendo más hombres que mujeres. En concreto, en el rango entre 25 y 54 años, el 94% de los hombres está en el mercado laboral, frente al 63% de las mujeres.
Además, los hombres cobran más por su trabajo; en concreto, un 23% más según la ONU. Se estima que esta brecha, de acceso y de salario, supone una pérdida del 15% del PIB que podría tener el mundo. O, dicho de otra manera, el mundo sería un 15% más rico, y otras cosas, con igualdad de género. Y cuando las mujeres reciben educación y acceden al mercado laboral, no sólo crece la economía, sino que también la transforma y la hace más inclusiva.
Las mujeres están mucho más presentes en la economía, por supuesto, y su incorporación al mercado laboral ha permitido un gran crecimiento en los últimos 50 años, en más de 6 trillones de dólares americanos para los países de la OCDE en concreto. Pero la brecha salarial, según el FMI, sigue siendo del 13,6% en los países más desarrollados. Y aquí, en España, tenemos una buena noticia… la nuestra es de “solo” el 11,5%.
Sigue habiendo trabajos asociados a hombres y otros a mujeres, pero se va alcanzando cierta paridad con las nuevas generaciones. Aún así, nos seguimos encontrando más hombres en puestos directivos que mujeres. Y aquí, el acceso de la mujer al mundo directivo, también implica cambios más allá de los económicos, porque la gestión empresarial también se transforma con la llegada de la mujer.
Se apuntan muchas causas, desde sociales (ciertos sectores tradicionalmente masculinos aún no han tenido un relevo generacional), a culturales (la mujer sigue siendo la que lleva el peso de la conciliación familiar) o incluso de autoestima. Hay estudios en los que, para un puesto directivo, si una mujer cumple 8 de los 10 requisitos, no se considera apta y ni siquiera se postula, mientras que un hombre que cumpla 5, se presenta.
¿Por qué, siendo los estudios de Economía y Administración de Empresas, paritarios en cuanto a licenciados, incluso con mayor número de mujeres, hay tan pocas economistas y financieras como tal?
Banco Central Europeo: 19 gobernadores en sus respectivos bancos centrales. Dentro del Consejo de Gobierno, donde además de los gobernadores hay 6 asesores, sólo hay dos mujeres, una de ellas, Christine Lagarde, también la primera mujer en ocupar su presidencia. Puedes ver todas las fotos… una colección de corbatas todas ellas. Yo entiendo que una se canse de hacerse fotos rodeada de hombres cuando, con seguridad, hay mujeres igual de competentes.
No creo que haya que cubrir un cupo, ni coger a una mujer en vez de un hombre si no es realmente más capaz, pero creo que hay que visibilizar esta no paridad en muchísimas instituciones financieras, entre otras.
En el Banco de España, tenemos a nuestra primera subgobernadora, Margarita Delgado, pero en las direcciones generales, sólo hay una mujer y hay 6 directores.
Algo similar ocurre en el propio ministerio de Economía. Aunque de las tres secretarías, hay una secretaria de Estado, en las direcciones generales, sólo hay una mujer, frente a 5 hombres. El ministerio de Hacienda tiene un organigrama algo más paritario.
En otros sectores quizá la mujer se ha incorporado más tarde, pero en éste… es algo que tenemos que analizar más adelante… para que esto funcione mejor.