El debate público sobre la catástrofe de Valencia está copado por los ajustes de cuentas de la política.
Sin embargo, lo vital es recuperar los servicios básicos, y lo urgente, planificar la reconstrucción.
Las comarcas valencianas inundadas han protagonizado un enorme crecimiento demográfico desde la anterior riada de 1957. Los 20 municipios que integran la comarca de la huerta sur, donde viven la mitad de los afectados, han aumentado su población un 336% desde 1950.
Paiporta, el pueblo donde se produjeron los incidentes con el jefe del Estado y del Gobierno, ha multiplicado por siete su población en 70 años, pasando de 3.500 habitantes a 27.100.
Es fácil imaginar desorden con un crecimiento tan vertiginoso. De las 75.000 viviendas que se estima que están afectadas en toda la zona, un tercio se ha construido después de que en 2003 la Comunidad Valenciana las marcara como inundables.
Reconstruir estos pueblos ignorando la huella que ha dejado la DANA es una temeridad que será un delito si se vuelve a repetir.