No puedo imaginar una mejor manera de empezar la temporada que con el precio del dinero claramente a la baja. El desmadre de la inflación en 2022 provocó que los bancos centrales subieran los tipos de interés desde el 0 al 4,5% en solo 14 meses, lo que ha tenido un impacto muy fuerte en el coste de la financiación de empresas y familias, pero afortunadamente ya estamos de vuelta.
En agosto el Euríbor a un año, que es la referencia principal para las hipotecas, se situó en una media del 3,16%, casi un punto menos que hace un año. Los mercados ya descontaban que el Banco Central Europeo (BCE) iba a bajar los tipos de interés. Si no lo hubiera hecho, habría sido un desastre.
La consecuencia práctica es que las hipotecas que se están revisando este mes tendrán una bajada significativa. Este ahorro será un alivio para afrontar la vuelta al cole y los excesos del verano. El viento sopla a favor, pero mientras sigan cayendo bombas en los telediarios la mejor receta es la prudencia.