Corro el riesgo cierto de provocar el tedio de los oyentes por el destinatario de mi carta, pero lo tengo que correr. Te escribo a tí, una fecha del calendario que está a punto de cerrarse. A ti, 23-F, algo desconocido para el 70 por ciento de los menores de 34 años, según encuesta de La Razón, aunque supongo que, después de lo dicho en los medios informativos, ya les empezarás a sonar. Yo no puedo decirte “querido 23-F”, porque nunca fuiste querido más que por los propios golpistas, pero varias generaciones de españoles te llevan grabado en el alma.
Aquel día, a esta hora, ni te imaginas la cantidad de españoles que temían verse en un estadio, como los chilenos de Pinochet. Ni te imaginas cómo en cada casa había un transistor encendido, esperando una última noticia, esperando aquel mensaje del rey Juan Carlos que fue como decirnos: ya no hay tanques en las calles, ciudadanos; obligué a retirarlos. Hoy, el hijo de aquel rey reivindicaba la firmeza y la autoridad de su padre, tan lejos a su pesar de la celebración de la libertad recuperada.
Alguien me preguntó si habló el hijo o habló el rey y yo creo que hablaron los dos. El niño Felipe, que entonces tenía 11 años, recibió aquella noche la primera lección magistral de cómo se reina en una crisis de la democracia. Y no lo puede olvidar, ni como hijo ni como rey. Y por eso hoy, 40 años después, renovó el compromiso con la Constitución, “más firme que nunca”. Y reivindicó el pacto constitucional del 78. ¡Y cómo ha cambiado este país, 23-F!
El 70% de los menores de 34 años desconocen el 23-F
No parece ni el mismo. Hace 40 años, los líderes acudieron a La Zarzuela a celebrar la reconquista de la libertad, que Juan Carlos I había salvado. Hoy, ocho partidos, aunque pocos diputados, se negaron a estar con el rey porque quieren romper el pacto constitucional del 78. Son como esos jóvenes de la encuesta que no saben lo que España se jugó aquel día y lo que España ganó aquel día. Para quienes te hemos vivido, 23-F, es una triste noticia.
No cambia el destino de este país, pero pretende imponer el criterio de unos pocos al ambiente de celebración general de 1981. ¿Sabes una cosa, 23-F? Me pareció que Armada y Milans aplaudían a los independentistas del plante de hoy. También ellos quisieron tumbar el pacto constitucional.
