Que eras el fruto de un referendo equivocado. Que los tropiezos de Theresa May en el Parlamento eran, en el fondo, una forma de decirte no, pero sin desacatar el mandato del pueblo.
Que al final habría una segunda oportunidad al arrepentimiento y los ciudadanos dirían que no. Y que no saldría un desaliñado como Boris Johnson dispuesto a utilizarte como sinónimo de libertad.
Sueños inútiles, Brexit. Estabas en los designios del destino. Y llegó tu hora. A las doce en punto el bing bang dirá que en ese minuto exacto el Reino Unido se desengancha de la Unión Europea y vuelve a volar por libre.
Darás comienzo a otra etapa de la brillante historia de la gran Inglaterra. Yo creo que en esa Europa que desde ahora es un poco más pequeña a esta hora hay más tristeza que celebración.
Es que eres un divorcio, Brexit. Muy negociado; muy montado con cientos de viajes y encuentros en Bruselas; muy informado porque hay centenares de libros, millares de sesudos informes y estudios, decenas de miles de artículos y simposios sobre tus consecuencias, pero eres un divorcio.
Rompes una familia que ha durado menos de medio siglo, pero éramos una familia. Nosotros mandábamos a nuestros hijos a estudiar, los que podían a Oxford o Cambridge, los menos pudientes a trabajar mientras estudiaban.
El Reino Unido nos manda cada año 18 millones de turistas y casi medio millón de jubilados escogieron el Levante español para vivir. Lo de Gibraltar lo sobrellevamos con resignación. Y creo que somos el segundo país que más invierte en el Reino Unido.
Todas las grandes empresas españolas tienen actividad, y muy destacada, en las islas británicas. Es lo único que tuvimos invencible en ellas.
No dejes que eso se deteriore, Brexit. Tú haces que nuestras dos naciones ya no vivan bajo el mismo techo, pero no puedes romper tantos lazos.
Diles a todos los británicos que hoy fue el día más triste de nuestra relación. Y diles que, a pesar del divorcio, les deseamos que les vaya bien. Es que al final, Brexit, todo es una historia de amor, siempre estropeada por algún desamor.