LA BRUJULA

La carta de Ónega a los bomberos de Málaga: "Sois los salvadores del paisaje que algún asesino quiere destruir"

Fernando Ónega dirige su carta en La Brújula a los bomberos de Málaga, quienes se han jugado la vida por controlar el incendio

ondacero.es

Madrid | 14.09.2021 23:51

Hace unos días escribía a la gente de los pueblos de Sierra Bermeja por la tragedias del fuego que estaban pasando. Apartados de sus casas, con miedo a perder lo que tenían y algunos lo han perdido. Días de llanto y de impotencia ante un incendio sin precedentes al que llaman de "sexta generación". Lo nunca sufrido desde que hay memoria.

Hoy director, te pido permiso para saludar a otros protagonistas: Los bomberos forestales. Necesito recordar a Carlos, que perdió su vida con 44 años. A los que lloran a su compañero muerto y esta mañana saludaron el control del incendio rindiéndole homenaje.

A los 19 tripulantes del helicóptero que ayer se salvaron de milagro. A todos los que luchan con esa tragedia desde el aire, a los que lo hacen en tierra, a los que llegaron de la Unidad Militar de Emergencias, a los que veían como se agotaba el agua de las balsas y a los que, sin ningún título, lucharon contra llamas de 30 metros como un edificio de 10 pisos.

Sois gente de otra pasta, bomberos forestales. Los que pilotáis aviones, los que soportáis temperaturas de 70-80 grados... Contaba esta mañana el presidente de la Junta de Andalucía, que es tanto el calor, que el agua que arrojáis no llega a tierra porque se evapora en el aire.

Estáis vestidos con trajes que ningún otro humano podría soportar en su trabajo diario. Hacéis jornadas infinitas mientras vuestras familias esperan el aterrizaje de fin de jornada como las mujeres de los pescadores con el alma en vilo. Voláis entre el humo, con visibilidad escasa y siempre metidos en el fuego. Novios del fuego que os respeta, pero asfixia y a veces mata.

Os saludo como héroes que habéis sido en este incendio y en todos. Sois los salvadores del paisaje que algún asesino quiere destruir y salvadores de la vida. El auxilio de la pobre gente que hoy volvía a sus casa con la angustia de no saber lo que habían perdido. Y ahora, todavía os queda el trabajo de enfriar más de 80 kilómetros cuadrados, palmo a palmo y rescoldo a rescoldo.

Bomberos forestales, los últimos héroes. En el fondo, solo os quiero decir cuanto se aprecia vuestro trabajo, que es deciros gracias pero con toda solemnidad.