Buenas noches, señora Eva Sannum. Como nos gusta tanto celebrar los aniversarios redondos, me atrevo a decir que este 2021 se cumplen 20 años de la ruptura de su noviazgo con el entonces Príncipe de Asturias y hoy rey de España, don Felipe de Borbón. A los mayores nos parece que fue ayer, como todo; pero los más jóvenes quizá ni siquiera sepan que ese noviazgo existió y que además no fue muy corto, porque duró cinco años, que no es mala marca para una relación sentimental. Desde entonces, apreciada Eva, mire que han pasado cosas. Ha pasado que aquel príncipe se casó y su hija mayor, que será reina Leonor, ya representa a la Corona sin la tutela de sus padres.
Usted también se casó y también tiene dos hijos. Quienes entonces se amaron viven hoy muy lejos, quién sabe si con los recuerdos que dicen que se tienen del primer beso y el primer amor. Si hoy le dirijo esta carta, señora, es porque usted concedió una entrevista por primera vez… iba a decir desde el final del idilio, pero no: concedió su primera entrevista desde que conoce a don Felipe. Desconozco sus cualidades, pero hay una que no se puede discutir: es usted un modelo de discreción. Pudo atraer a todas las cámaras, a todos los reporteros y a todos los paparazzi. Pudo haber ocupado innumerables portadas de revistas. Pudo vender exclusivas al precio que le diera la gana poner. Y no cayó en la tentación.
"Alabo su discreción"
Esos 20 años de distancia han sido 20 años de silencio. Y pasado ese tiempo, la confesión: se alegra de no haber sido reina. La gente, dice usted, se imagina una vida de yates y champán y la vida de reina es una vida de limitaciones. Usted empezó a querer no ser reina cuando se sintió agobiada por el marcaje de los periodistas. “Corrían detrás de mí, confiesa, como si fuese un animal raro en la sabana”. No se atrevía a tocar la nariz por si había una cámara oculta. Ahora dice que comprende a Meghan Markle después de su desahogo. Pero yo creo que se sintió identificada, sobre todo, con Diana de Gales. Después de leer su declaración, no sé si hemos perdido una buena reina o por su ruptura la hemos ganado. Pero alabo una vez más su discreción y celebro que sus palabras sean muy parecidas a un canto de libertad.