Buenas noches, don Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. Le anticipo que mis conocimientos de economía son los de un aldeano que degeneró en escribidor. Pero tuve la osadía de internarme en el Informe Anual de la institución que usted gobierna. La iba leyendo, señor Hernández de Cos, y en cada página, en cada línea, en cada palabra suya, no encontré la solemnidad que esperaba.
Encontré el desasosiego, también el mimo, del médico que hace el diagnóstico y receta el tratamiento de un enfermo que se llama España. Y escribe todo eso desde una central de datos a la que llegan las vibraciones de todas las UCI de todos los hospitales, las curvas de la fiebre, el trabajo de los sanitarios, los índices de recuperación. Ese enfermo llamado España, o economía de España, o justicia social de España, también está tocado por la pandemia.
Se salvará, según deduzco, pero la recuperación no será tan fácil como dicen los políticos. Es que, igual que hizo el coronavirus con los humanos, lo hace con los sectores económicos: mata a quienes tenían otras patologías y no las pudieron curar y a quienes carecen de medios para un tratamiento eficaz. Los humanos tememos una quinta oleada de contagios, la oleada de las empresas puede ser una oleada de quiebras. Y las secuelas en el cuerpo social, doctor Hernández de Cos. Las secuelas en el cuerpo social pueden ser tan dolorosas como un endeudamiento insoportable o un aumento todavía mayor de las desigualdades, profundamente dolorosas.
Gracias por ese informe. Gracias por su independencia
¿Y qué hacemos, doctor? Este escribidor pide a los facultativos de la política, de toda la política, no solo del gobierno, que lean su informe. Que tengan el valor de afrontar el rosario de reformas que usted propone. Que abran el quirófano para meter el bisturí al sistema educativo, a las políticas de empleo, a la revisión profunda de impuestos, al control de gastos, a la sostenibilidad de la Seguridad Social, a la baja productividad, a la temporalidad y lo vuelvo a decir, a la desigualdad. Señor gobernador, gracias por ese informe. Gracias por su independencia. Y reviento si no lo digo: al carajo los programas de los partidos, borrachos de populismos; al carajo los grandiosos equipos de expertos y asesores de tantos ministerios. El programa de gobierno para curar a este país lleva su firma, señor Hernández de Cos.