Y buenas noches, indulto. Teníamos pocos líos en nuestra vida y has aparecido tú, como un terremoto. Después de muchos avisos de los científicos, se sintieron los primeros temblores cuando el ministro de Justicia nos pidió “naturalidad”. Se empezaron a mover los muebles cuando el presidente habló de concordia y de venganza. Se abrieron grietas en el suelo esta mañana, con el informe del Tribunal Supremo. Y se espera la gran sacudida cuando el Consejo de Ministros anuncie al mundo que has sido concedido a todos los presos del procés. Gran conflicto, indulto.
Te anunciaron antes de que el Supremo si pronunciase, como diciéndole al Alto Tribunal: “me importa un pimiento lo que digas, porque la decisión es mía”. Y es verdad: la decisión es del Consejo de Ministros, pero contra un duro informe que se resume en dos palabras: “solución inaceptable”. Toda una guerra institucional. El Tribunal Supremo, santuario de la legalidad, se ve como profanado por el Poder Ejecutivo y por quienes te defienden, indulto, porque, dicen los magistrados, quieren que el gobierno corrija la sentencia. Y el jefe de ese gobierno dice que no es eso lo que busca, sino la concordia, que es lo constitucional.
Lo que no es concordia es venganza o es revancha. Ese es el escudo protector del señor Sánchez. Y después vendrá la opinión publicada. No hay que ser un profeta para adivinar los criterios: a un lado, quienes esperan de ti, medida de gracia, que sirvas cuando menos para rebajar la tensión; al otro, quienes hablarán del “error Sánchez” como Ortega habló del “error Berenguer”. Y ya están hablando los políticos. Si andaban divididos, tu aparición abre una zanja insuperable entre poder y oposición. Por tu nombre habrá acusaciones de traición. Por invocarte se abrirá otro cisma.
Y este país se encenderá si ve salir a los indultados reclamando la independencia y diciendo que lo volverán a hacer o que tú demuestras lo injusto de la sentencia. Y yo te digo, indulto, lo único que humildemente te puedo decir: te juzgaré por tus resultados. Eres acción de máximo riesgo, pero si sirves para esa concordia que dice Pedro Sánchez, la historia te justificará. Si sirves para romper más la sociedad y a la propia España, arrastrarás todo contigo. El primero, al propio Sánchez. Y tras él, la estabilidad del país.
